De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 296

Esta vez, realmente había sido una coincidencia.

Por lo ocurrido en la tarde, Tobías había estado de muy mal humor.

Y ahora, al ver a la culpable, se sentía aún más irritado.

No le respondió a Belén, simplemente desvió la mirada.

Pero en ese momento, Fabio se sentó por su cuenta al lado de Belén.

Fabio no sabía lo que había pasado por la tarde, y en ese momento todavía quería conseguirle al señor Tobías una oportunidad para estar a solas con ella.

Por eso se había sentado allí, a pesar del riesgo de que Rosario lo regañara.

Tobías quiso decirle a Fabio que se fuera, pero cuando se dio cuenta ya era tarde, así que se rindió.

Fabio se giró para mirar a Tobías.

—Venga, señor Tobías, siéntese con nosotros.

Tobías, resignado, se sentó.

Belén le pasó el menú.

—Señor Tobías, vea qué quiere Fabio. No sé qué le gusta.

Tobías tomó el menú, pero no le contestó a Belén.

Lo hojeó sin prestar atención y señaló dos imágenes al azar.

—Estos dos.

Belén tomó nota y llamó al mesero.

Tobías no se apresuró a pagar; fue Belén quien saldó la cuenta.

Mientras esperaban la comida, un silencio incómodo se instaló en la mesa. Nadie hablaba.

Cuando llegaron la pizza y la hamburguesa, Belén se dio cuenta de que Tobías no había pedido nada para él.

Lo miró. Se sentía muy diferente al de siempre.

No sabía por qué, pero últimamente se había vuelto muy frío con ella.

Aunque, pensándolo bien, era lógico. Había perdido el interés en ella, así que ya no se comportaría de forma tan atrevida como antes.

Y eso estaba bien. Al fin y al cabo, no pertenecían al mismo mundo.

Una vez que sus pensamientos se calmaron, Belén le preguntó a Tobías:

—¿Usted no va a comer, señor Tobías?

Su tono era cortés, distante, manteniendo perfectamente las formas.

Al escuchar su pregunta, Tobías no pudo evitar responder:

—Estoy lleno de coraje.

Belén frunció el ceño. Al ver que no parecía estar de buen humor, no insistió.

VERIFYCAPTCHA_LABELVerificar