Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1207

Los pasos de Micaela se detuvieron instintivamente mientras buscaba a Franco con la mirada. Sin embargo, Gaspar ya se acercaba a ella y le advirtió en voz baja: —No lo busques, vine a recogerte yo.

Micaela frunció el ceño. —¿Qué haces aquí? ¿Y Pilar?

—Adriana recogió a Pilar para que cenara en mi casa —dijo Gaspar, y con un gesto natural, extendió la mano para tomar su portafolio. Micaela sintió que se lo quitaba con una mezcla de firmeza e impotencia.

—¿Lo viste? —preguntó Gaspar con voz grave y serena.

—Sí —asintió Micaela. Su rostro reflejaba cansancio, pero en sus ojos también había una firmeza de quien ha tomado una decisión definitiva.

Entre la multitud, el lente de un paparazzi se había fijado en Micaela desde que apareció. Originalmente estaba esperando a una celebridad, pero la suerte le sonrió al toparse con la escena del multimillonario Gaspar recibiendo discretamente a su exesposa.

Además, los gestos de cuidado y atención que él le dedicaba sugerían que el sonado divorcio de la alta sociedad de hacía dos años podría tener una segunda parte.

—Debes estar cansada. El carro está afuera —dijo Gaspar sin preguntar más detalles, y se dio la vuelta para guiarla.

Micaela caminó a su lado, observando su espalda ancha y recta. De repente, su corazón dio un vuelco y la tensión que sentía pareció aflojarse un poco en medio del bullicio de la gente.

Dentro del carro, aislados del ruido exterior, el espacio cerrado se llenó del sutil aroma masculino y fresco de Gaspar. Había venido manejando él mismo.

Gaspar no encendió el motor de inmediato. Se giró para mirarla. —¿Todo bien?

Micaela no se negó a hablar del tema; después de todo, él era el impulsor del proyecto para salvar a Anselmo. —La reunión salió bastante bien. El comité de expertos aceptó mi propuesta, en general.

Gaspar asintió y solo entonces arrancó el carro, enfilando hacia la iluminada avenida del aeropuerto.

El interior del carro se sumió en un breve silencio. Gaspar observó la expresión de Micaela por el retrovisor y notó que tenía los ojos cerrados, como si estuviera realmente agotada.