Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1254

Gaspar se reclinó lentamente en el respaldo de la silla y se frotó el entrecejo con cansancio. En los últimos tres días, tampoco había logrado dormir de un tirón; siempre se despertaba después de un par de horas, incapaz de volver a conciliar el sueño.

Así había sido últimamente.

Tras más de una hora de exámenes detallados, Anselmo fue trasladado de nuevo a su habitación para descansar. Su estado físico era mejor de lo esperado, gracias a su formidable condición anterior, pero aun así necesitaba reposo para recuperarse.

El director Ismael le aconsejó que descansara, pero él estaba completamente lúcido y señaló la silla a su lado.

—Señor Ismael, por favor, siéntese.

El director Ismael entendió por su mirada que quería saber lo que había ocurrido mientras estaba en coma.

Consideraba a Anselmo casi como un sobrino al que había visto crecer, y sentía un profundo afecto por él.

—Señor Ismael, ¿podría decirme qué pasó después de que perdí el conocimiento? —le pidió Anselmo.

El director Ismael asintió, con un tono sereno pero solemne.

—Sí, hay algunas cosas que creo que deberías saber.

Anselmo, recostado en la cabecera de la cama, tenía el rostro pálido, pero sus ojos habían recuperado la claridad y la calma.

—Lo escucho, señor Ismael.

—En estos tres meses que estuviste en coma, pasaron muchas cosas —comenzó a relatar lentamente el director Ismael—. Primero, tu padre. Soportó una presión enorme, pero nunca se rindió contigo. Movilizó todos los recursos a su alcance para buscar un tratamiento que te salvara.

Los ojos de Anselmo se enrojecieron ligeramente. Nunca había dudado del amor de su padre.

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