Al llegar al restaurante, Lara ya se había quitado el traje formal que usó durante el día y ahora llevaba un vestido de tirantes que resaltaba su figura y le daba un aire sofisticado. Micaela, en cambio, seguía con su camisa blanca y unos jeans oscuros, proyectando una imagen sencilla y fresca.
Dentro del salón privado, todos conversaban animadamente sobre el proyecto del día. Leónidas, visiblemente emocionado, soltó:
—Quién iba a pensar que InnovaCiencia Global llegaría a colaborar con el ejército. Todo esto fue gracias a la iniciativa del Sr. Gaspar. Vamos, brindemos todos por él.
Todos se pusieron de pie y alzaron sus copas hacia Gaspar, menos Micaela.
Mientras todos brindaban, Micaela sostenía su vaso con una bebida preparada y bebía sola. Sin embargo, todos sabían que aunque Micaela pareciera descortés, Gaspar jamás le reprocharía nada.
Lara le lanzó una mirada de reojo a Micaela. Sentía que Micaela se empeñaba en ser diferente al resto del equipo. ¿Qué tenía de especial? ¿Acaso por ser la exesposa de Gaspar creía que tenía privilegios?
—Bueno, ya todos trabajaron duro, mejor empecemos a comer —dijo Gaspar. Entonces, apoyó sus largos dedos sobre la charola giratoria en la mesa.
Todos se quedaron un poco sorprendidos al notar que un plato de langosta gratinada con trufa se detuvo justo frente a Micaela.
Gaspar la miró y comentó:
—Recuerdo que este platillo te encanta.
Micaela ya tenía el tenedor en la mano y, sin darle mucha importancia, respondió:
—Ya me cansé de comerlo.
Gaspar retiró la mano y la charola siguió girando. Los demás fingieron no haberse dado cuenta del intercambio y continuaron platicando sobre el proyecto.
Pero Lara no pudo evitar observar una y otra vez entre Gaspar y Micaela. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué Gaspar seguía pendiente de su exesposa?
¿No será que entre Micaela y el Sr. Gaspar puede volver a surgir algo?
—Señorita Micaela, hace rato el Sr. Gaspar ya aceptó que te transfieran de nuevo a InnovaCiencia Global para terminar el proyecto del ejército. Así que volveremos a trabajar juntos —dijo Leónidas.
El semblante de Lara cambió de inmediato y volteó a ver a Micaela. ¿Qué? ¿Ahora Micaela iba a regresar a InnovaCiencia Global como investigadora?
Gaspar jugueteaba con el borde de su copa, perdido en sus pensamientos, sin revelar qué sentía en ese momento.
A decir verdad, no le agradaba mucho la idea de que Micaela fuera transferida a InnovaCiencia Global. Pero el primer proyecto que el ejército propuso era urgente, y Micaela era la mejor opción para sacarlo adelante. Además, el ejército había exigido que ella fuera la persona de enlace. Aunque Gaspar no quisiera dejarla ir, no le quedaba de otra más que aceptar.
Por su parte, Micaela estaba muy interesada en el proyecto, ya que se basaba en su propia teoría. Quería ver cómo esa idea se volvía realidad.
Después de la cena, aún era temprano y Micaela decidió ir al centro para buscarle un regalo a su hija.
—Ramiro, si quieres puedes regresar tú. Yo voy a pasear por el centro para comprarle un regalo a mi hija.
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