Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 40

Micaela se quedó paralizada.

En el salón privado había siete u ocho personas, hombres y mujeres mezclados. En la cabecera, sentado con aire relajado, estaba Gaspar. Vestía un traje impecable y a su lado, Samanta brillaba con su vestido de noche color vino, resaltando su figura. Bajo la luz, ambos parecían una pareja sacada de una postal perfecta.

Pero esto no era una cena familiar de los Ruiz, sino una reunión privada de Gaspar.

Micaela lo entendió al instante, y en su mirada se asomó un tono de reproche, como si estuviera lista para pedir explicaciones.

—Adriana, ¿por qué no me lo explicaste bien?

Adriana se quedó sin palabras. En realidad, solo había querido jugarle una broma a Micaela, pero ahora no sabía cómo salir del embrollo. La forma en que Micaela la cuestionó la desarmó por completo.

—Oye, cuñada, sólo quise invitarte a cenar por buena onda. ¿Por qué esa actitud?

Samanta, al notar la tensión, se levantó y se acercó con una sonrisa.

—Micaela, ya que viniste, quédate y cena con nosotros. Además, Gaspar también está aquí.

Micaela la miró con desdén. Estaba segura de que Samanta también había estado metida en la broma de Adriana.

Sin decir una palabra más, Micaela se dio la vuelta y se dirigió a la salida.

De repente, Samanta la sujetó del brazo.

—Micaela, quédate y hazle compañía a Gaspar. Justo tengo que irme temprano por un asunto.

Micaela giró para clavarle la mirada a Gaspar, quien permanecía sentado, ocultando sus emociones.

No tenía ganas de perder más tiempo ahí. Se zafó del agarre de Samanta y salió caminando con paso firme.

Samanta echó un vistazo rápido hacia la piscina, curvó una sonrisa en los labios y fue tras ella.

—Micaela, creo que estás entendiendo mal. Lo de Gaspar y yo no es como piensas… somos sólo amigos.

Una vez más, Samanta la tomó del brazo. Micaela, con la mirada seria, no alcanzó a reaccionar cuando Samanta, con una sonrisa apenas perceptible, la jaló con fuerza y ambas cayeron directo a la piscina.

—¡Splash!—

Las dos se hundieron en la parte más profunda, más de dos metros bajo el agua.

Adriana, que estaba cerca de la puerta, se giró al escuchar el chapoteo. Vio las figuras de Micaela y Samanta forcejeando en el agua y gritó:

—¡Samanta!—

Corrió hacia el salón y gritó con desesperación:

—¡Gaspar, Samanta se cayó al agua! ¡Sal rápido a ayudarla!

Gaspar reaccionó al instante y salió disparado fuera del salón. El resto de los invitados lo siguieron. Al llegar, Gaspar se dio cuenta de que no sólo Samanta se había caído, sino también Micaela.

Sin perder tiempo, Gaspar se quitó el saco del traje y se lanzó con agilidad a la piscina. Todos pensaron que salvaría primero a su esposa, Micaela, pero fue directo hacia Samanta.

—¡Mira, ella se está hundiendo!— gritó alguien, al ver que Micaela ya solo dejaba escapar burbujas bajo el agua.

Capítulo 40 1

Capítulo 40 2

Capítulo 40 3

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