Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 660

Los labios rojos de Samanta dibujaron una sonrisa pícara.

—¿De verdad quieres escuchar?

—¡Ándale, cuéntame! Te lo ruego, ya le pregunté a mi hermano, pero ni siquiera me peló —Adriana conocía bien el carácter de su hermano. Cuando se trataba de asuntos románticos, él siempre se hacía el desinteresado.

Samanta se quedó un momento sumida en sus recuerdos, y su expresión se tornó nostálgica.

—Fue una tarde lluviosa...

Sin darse cuenta, Adriana se inclinó más cerca de ella, ansiosa por escuchar la historia de amor de su hermano.

—En ese entonces, yo tenía dieciocho años. Era una chica soñadora como cualquier otra, convencida de que mi príncipe azul aparecería en cualquier esquina, tal vez tomando café en algún local sobre la avenida...

Samanta sonrió con dulzura.

—Aunque, bueno, en realidad no fue en una cafetería, sino en la entrada de una galería de arte. Iba cargando mis libros bajo la lluvia, empapada como pollo mojado, cuando de repente sentí que alguien me cubría con un paraguas negro. Al voltear, lo vi a él, tu hermano, vestido con un abrigo oscuro, parecía un caballero salido de una novela.

Adriana parpadeó incrédula.

—¿O sea que mi hermano también puede ser romántico?

—Así fue como nos conocimos. Me acompañó hasta mi casa y, cuando le pedí su contacto, no se negó. Poco a poco nos fuimos conociendo más —Samanta levantó la copa de vino y tomó un pequeño sorbo.

La historia había contagiado a Adriana, que se rio con ganas.

—No sabía que tenían recuerdos tan bonitos. Así que mi hermano sí cree en el amor a primera vista.

—¿Y después? —insistió Adriana, sin poder contener la curiosidad.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Divorciada: Su Revolución Científica