Entrar Via

Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 967

—Gaspar, dime... ¿todavía piensas en volver con Micaela? —preguntó Adriana, levantando la mirada, con los ojos todavía húmedos por las lágrimas. En ese instante, sentía que Micaela era la mejor cuñada del mundo.

Gaspar apenas curvó los labios en una sonrisa amarga, pero no respondió.

Adriana se desesperó.

—¡Pero entre ustedes aún está Pilar!

Gaspar apoyó las manos en los hombros de su hermana y la miró con una calma renovada.

—Adriana, ahora este tema no viene al caso. Lo más importante es que colabores con el tratamiento y te recuperes, no le des más problemas a Micaela.

Adriana asintió, tragándose todas las palabras que tenía en la punta de la lengua. Sí, Micaela estaba completamente enfocada en su investigación y en verdad no debía alterarla en ese momento.

—Está bien, hermano, te entiendo. Voy a hacer todo lo que me pidan —asintió con madurez, aunque por dentro sentía el pecho apretado.

...

Adriana regresó a su cuarto en el hospital y, aunque se sentó en la cama, seguía apretando los puños de pura rabia. Toda la cabeza le daba vueltas recordando cada cosa que había hecho Samanta. Pensándolo bien, cada paso de esa mujer había apuntado directo a Micaela.

Recordó la primera vez que Samanta apareció en una comida familiar en Costa Brava, saludando como si nada. Dijo que era amiga de Gaspar, y Adriana no sospechó en absoluto.

Adriana, que ya admiraba a Samanta, empezó a mirar a Micaela con recelo. La idea de que Micaela era manipuladora y se había metido en la familia por interés se fue plantando en su corazón, sin que ella se diera cuenta.

Desde entonces, Adriana no podía soportar a Micaela. Su mente la veía como una mujer calculadora, dispuesta a todo por casarse con Gaspar, incluso dejar los estudios. Sentía que Micaela no le llegaba ni a los talones a su hermano.

Así que, salvo que fuera estrictamente necesario, Adriana evitaba a Micaela. Mientras tanto, Samanta se mostraba siempre como una amiga sufrida y fiel. Incluso, en más de una ocasión, Adriana vio sus [publicaciones en redes sociales] donde Samanta presumía regalos acompañados de frases que hacían pensar que venían de Gaspar.

Por eso, Adriana se convenció de que su hermano solo se había casado con Micaela porque no le quedaba otra, pero que en el fondo amaba a Samanta. Esa idea se le metió hasta los huesos, porque Samanta se encargó de pintar la imagen perfecta de “amor imposible”.

Samanta también le enviaba fotos con Pilar, en las que Gaspar aparecía al fondo. Todo eso reforzaba en Adriana la impresión de que ellos sí eran una familia, y que Micaela, la esposa legítima, no era más que una extraña en su propio hogar.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Divorciada: Su Revolución Científica