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El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 150

Julián, bajo la “ayuda” de Marisol, revisó algunas capturas de pantalla de los videos de vigilancia que apenas habían durado tres minutos en línea la noche anterior, acompañadas de comentarios exagerados y sensacionalistas.

—Todo eso bajo el encabezado que José Manuel armó: “La misteriosa mujer resulta ser una chica fácil”, volviéndose tendencia en todas partes.

El título no mencionaba directamente a Ariana, pero al entrar a la nota, el texto apuntaba con nombre y apellido, lanzando acusaciones durísimas sobre la vida privada de Ariana.

Lo más absurdo era que, en los distintos videos de vigilancia, aparecían dos hombres. A ambos les habían cubierto el rostro.

Quizá los demás no lo notaran, pero Julián, ¿cómo no iba a reconocerse a sí mismo?

En una de esas capturas, claramente aparecía él.

Y en medio de esa sarta de chismes retorcidos y manipulados, lo habían pintado como si fuera el “sugar daddy” de su propia hija.

¡Un disparate total!

Por primera vez en mucho tiempo, la expresión serena de Julián se resquebrajó y dejó ver una furia contenida.

—Gracias por mostrarme esto —le dijo a Marisol, devolviéndole el celular, y sin más palabra, salió apresurado del aula multifuncional.

Marisol se quedó pasmada.

¿Eso era todo?

Ella esperaba que Julián al menos le pidiera que le contara más detalles sobre la tendencia, así podría acercarse aún más a él.

Enseguida se recompuso, guardó el celular y también se retiró del aula multifuncional.

No se atrevía a quedarse sola, porque ahí había cámaras de vigilancia. Si no lograba que la grabaran junto a Julián en una escena cercana, peor sería que la captaran haciendo algo sospechoso.

...

Apenas salió del aula, Julián no volvió a su oficina. Tomó las llaves de su carro y se fue directo a casa.

Julián no se había olvidado de la actitud y las palabras de aquel tipo para con Ariana ese día en la tienda; le parecieron terriblemente irrespetuosas.

Sabía que las grabaciones de las tiendas normalmente solo se guardaban una o dos semanas. Ya habían pasado dos meses, así que esto era claramente una jugada planeada. Seguramente, ese tipo pidió la grabación justo ese día.

Esteban no intentó negar que su amigo estuviera detrás de todo; solo contestó:

—Ya me encargué de eso. Borré todo lo que había en internet sobre el asunto, tanto las tendencias como las publicaciones.

—¿De verdad crees que con eso basta? ¿Van a poder borrar también los videos y capturas que la gente ya guardó en sus celulares? ¿O impedir que lo cuenten como chisme cada vez que se les antoje? —La voz de Julián, teñida de indignación, se volvió dura y severa—. Ari está encerrada escribiendo, no sabe nada todavía. Pero si cuando salga a la luz termina lastimada por culpa de estos rumores, te juro que no me voy a quedar de brazos cruzados.

—Y otra cosa: tú y Ari ya están divorciados. Así que no vuelvas a molestarla, ni tú ni tus amigos.

Dicho esto, Julián colgó sin esperar respuesta.

...

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