El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 353

—Quiero asignarte dos guardaespaldas mujeres —dijo Esteban.

El interior del carro estaba relativamente silencioso y el oído de Carlos era excelente, así que pudo escuchar claramente lo que Esteban decía por el celular.

—No las necesito —replicó Ariana con frialdad.

«Un lobo con piel de oveja», pensó. «Seguro que no trama nada bueno».

La voz de Esteban era grave.

—La persona que te tiene en la mira no solo se atrevió a ordenar a Marisol que te drogara, sino que también se atrevió a matar. ¿No te das cuenta de lo peligrosa que es tu situación actual?

En la voz profunda del hombre se escondía también un rastro de decepción apenas perceptible.

—Sé que no confías en mí y también sé que tienes un amigo policía, pero ni siquiera él puede protegerte las veinticuatro horas del día, ¿o sí? Para serte sincero, desde ayer ya había enviado gente para proteger en secreto la seguridad del señor Santana en el hospital. Lamento decírtelo hasta ahora.

Ariana apretó el celular con fuerza, conteniendo a duras penas la ira que le subía por el pecho.

—¿Qué demonios quieres?

—Protegerte —respondió él sin la menor vacilación.

—Muchas gracias por tu protección, pero ¡no-la-ne-ce-si-to! —dijo Ariana, enfatizando cada una de las últimas palabras.

Si no fuera porque temía alertarlo, le encantaría romper las apariencias con él ahora mismo, en ese mismo instante, y declararle la guerra.

Pero su objetivo final era encontrar pruebas de que él era el autor intelectual, no que se echara para atrás y abandonara sus planes.

—Si te atreves a mandar gente a seguirme, llamaré a la policía —le advirtió.

Dicho esto, sin esperar la respuesta de Esteban, colgó directamente.

Carlos miró a Ariana, que estaba visiblemente furiosa, y su voz se suavizó sin darse cuenta.

—Cuida tu salud.

Ariana bajó el celular y poco a poco fue calmando sus emociones.

—Estoy bien.

Carlos esperó a que se tranquilizara un poco antes de preguntar:

—¿Cuánto sabes realmente sobre Esteban?