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El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 252

—¿Cómo supiste eso? —Jazmín se quedó tan sorprendida que no pudo evitar soltar la pregunta sin pensarlo.

Apenas las palabras salieron de su boca, se dio cuenta de su error, pero ya era demasiado tarde para intentar retractarse.

Liam y Carlos, al escucharla, dirigieron sus miradas directamente hacia Ariana, como si buscaran una confirmación silenciosa.

Jazmín sintió cómo el nerviosismo la invadía. ¿Acaso acababa de meter la pata y revelar algo importante?

Ariana, sin decir una sola palabra, extendió la mano y cubrió suavemente la de Jazmín, transmitiéndole calma de manera silenciosa.

Solo entonces levantó la mirada hacia Liam y dijo con tranquilidad:

—Señor Espinosa, ¿podemos dejar de hablar de esa persona?

Con esas palabras, respondía a la pregunta de Liam y, al mismo tiempo, cerraba la puerta al tema.

—Perdón, fui imprudente —asintió Liam, disculpándose.

Aunque por dentro, ya tenía la respuesta que buscaba. En realidad, su pregunta no era casual: lo había hecho queriendo, para darle una pista a Carlos, ese tipo tan reservado. Quería advertirle que su cita probablemente tenía algún enredo sentimental con alguien más, y ese “alguien” no era otro que Esteban, el mandamás empresarial de San Márquez. Ahora le tocaba a Carlos decidir qué hacer con esa información.

Ariana entendía bien la jugada de Liam. Mientras la relación con Esteban no saliera de su boca, la penalización de trescientos millones de pesos no podría caérsele encima. Por eso, no le molestaba colaborar, incluso le convenía que Carlos se desanimara y dejara de buscarla como aliada.

Jazmín, sintiéndose culpable por su metida de pata, empezó a sacar tema tras tema, cualquier cosa que ayudara a romper la tensión y aligerar el ambiente durante el resto del viaje.

Carlos, por su parte, no dijo ni una palabra en todo el trayecto.

Ariana solo respondía de vez en cuando, sin mucho entusiasmo.

Aun así, podía notar que Carlos la miraba de vez en cuando, como si intentara descifrarla. No podía evitar pensar que este Carlos se comportaba distinto al de su vida pasada: antes no la miraba de manera tan directa, y mucho menos le habría enviado un mensaje por WhatsApp. Aunque solo fue una vez, para ella era suficiente para notar que algo había cambiado.

Él notó que Ariana, después de mirar la pantalla del celular, arrugó ligeramente el entrecejo.

Acto seguido, apagó la pantalla y guardó el celular en su bolso.

Luego, tecleó una dirección en el sistema de navegación del carro.

Carlos echó un vistazo y reconoció la dirección: era la misma que ella le había dejado la última vez por WhatsApp.

Él no lo había olvidado.

Encendió el carro y partió rumbo al destino que aparecía en el GPS.

En ese momento, Ariana se sintió agradecida de que Carlos fuera un tipo callado y reservado, que no solía iniciar la conversación. Así que lo único que tenía que hacer era hacerse la dormida durante todo el trayecto.

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