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El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 271

A esa hora, Esteban pensaba que Ariana ya estaría dormida. Jamás se imaginó que no solo seguía despierta, sino que, al notar que él había tocado su foto de perfil, ella quitó de inmediato ese pequeño detalle que le había puesto.

Esteban no sabía ni cómo describir lo que sentía en ese momento.

Por un lado, se arrepentía de no haberse controlado y dejar que sus dedos la buscaran, pero por otro, agradecía haberlo hecho. Si no, jamás habría notado ese detalle tan simpático.

Después de pensarlo un poco, tecleó rápido unas palabras y se las mandó: [Buenas noches].

Como Ariana había quitado el detalle justo en ese instante, eso significaba que tenía el celular en la mano, así que seguro vería el mensaje de buenas noches en WhatsApp al momento.

Aunque Esteban sabía que lo más probable era que Ariana no le respondiera, igual se quedó mirando la pantalla de la conversación diez minutos completos antes de dejar el celular, apagar la luz y tratar de dormir.

...

Ariana sí vio el “buenas noches” que le había mandado Esteban, pero ya no le provocaba ninguna emoción.

Esa noche, se había quedado a dormir en la casa de Jazmín, en el cuarto de visitas. El espacio era pequeño pero acogedor, con detalles que hacían sentir a cualquiera en casa.

Tirada en la cama, por fin se decidió a abrir el mensaje que le había mandado Marisol.

Marisol le contaba que el jueves siguiente sería su cumpleaños y quería invitarla a la fiesta que haría esa noche. El lugar sería un bar cerca de su escuela y ya había reservado un privado para sus invitados.

Ariana respondió preguntando: [¿Y quiénes van a estar ahí?]

Pasaron dos minutos y Marisol contestó: [Mi novio y algunos compañeros con los que me llevo muy bien. De verdad, son gente a todo dar. Te los presento ese día.]

El mensaje venía acompañado de un emoji adorable.

Ariana dejó pasar unos minutos antes de responder: [Entonces tengo que pensar bien qué regalarte, ¿no?]

Esta vez, Marisol contestó casi al instante: [Entre amigas no hay que gastar de más, con que lo hagas de corazón ya es suficiente.] [Entonces, ¡nos vemos el jueves en la noche!]

Ariana, sin mostrar ninguna emoción, sólo escribió: [Sí, nos vemos la próxima semana.]

Dejó el celular y, sin darle más vueltas, se quedó dormida en cuestión de minutos.

Al día siguiente tenía que acompañar a Jazmín en una situación complicada y necesitaba descansar para estar lista.

...

—Por eso no hay que dejar pasar más tiempo. Si lo dejas, cada vez va a ser más difícil enfrentarlo.

Jazmín lo pensó un momento. Tenía sentido lo que decía Ariana.

—¿Salimos ya? —preguntó entonces.

Ariana le sonrió y le propuso:

—¿Por qué no llevamos el atolito que preparaste en la mañana? Seguro el señor Gamboa todavía no come nada.

Los ojos de Jazmín se iluminaron.

—¡Cierto! Todavía queda bastante, voy a prepararlo para llevar.

No era común que Jazmín cocinara, pero esa mañana, con la ayuda de Ariana, había preparado atole y huevos estrellados para el desayuno.

La verdad, le había quedado bien.

Jazmín fue a la cocina, puso el atole en un termo, y luego salió con Ariana rumbo al hospital.

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