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El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 315

Ariana, por supuesto, había pensado en todo lo que Carlos mencionaba.

Solo que…

—Si en la vida anterior fue capaz de cometer una atrocidad así, ¿qué tan limpias pueden estar sus manos en esta? —dijo Ariana con una mirada gélida y un tono sombrío.

Era la segunda vez que Carlos captaba esa frialdad en los ojos de Ariana. La primera había sido en el video del hospital.

—Pero tú misma dijiste que tiene poder y dinero. ¿Cómo vas a enfrentarte a él? —Carlos entendía que no estaba en posición de aconsejarle que olvidara su rencor y se alejara de ese hombre, pero realmente le preocupaba que volviera a cometer el mismo error.

—Puedo esperar pacientemente —dijo Ariana con firmeza—. Esperar el momento oportuno, esperar a que él mismo cometa un error.

—¿Y si nunca llega ese momento? —Carlos no pretendía ser un aguafiestas, solo que no quería que ella se embarcara en algo peligroso aferrada a una esperanza ilusoria.

—Llegará, estoy segura —afirmó Ariana—. Hay algo en mí que él quiere, así que definitivamente moverá ficha.

—¿Qué es? —preguntó Carlos, de nuevo con una tensión instintiva.

Ariana levantó la cabeza y miró a Carlos. El hombre era alto y de facciones marcadas y atractivas, como si irradiara una especie de aura de rectitud.

—Ya que sabes que soy investigadora, supongo que también sabes cuál es mi campo de especialización, ¿no?

Carlos no lo sabía antes, pero en la vida anterior, cuando Ariana murió, su padre se había lamentado amargamente ante él, lleno de pesar, y en el proceso había revelado su identidad.

—Drones.

Carlos pronunció esas palabras en voz baja.

—Él también tiene un proyecto de desarrollo de drones y pretende colaborar con el ejército, por lo que está buscando talentos en ese campo por todas partes.

—Pero ¿no acabas de decir que no sabe que eres investigadora? —Carlos frunció ligeramente el ceño.

—Efectivamente, no lo sabe. —Ariana se giró para mirar las luces parpadeantes a lo lejos y, aprovechando la neblina de la noche, le contó brevemente a Carlos el secreto de que ella era la escritora de ciencia ficción Stella, cómo Samuel la había acusado de plagiar su nuevo libro y cómo había utilizado un microdrón para demostrar su inocencia.

—El video que grabé con el microdrón, aunque aclaró las acusaciones de plagio, también atrajo la atención y la codicia de ese hombre.

Sin esperar a que Ariana terminara, Carlos la interrumpió con un tono tajante.

—Yo tampoco voy a cambiar de opinión.

Su mirada estaba igualmente cargada de una determinación inquebrantable, como si, una vez tomada la decisión, no hubiera vuelta atrás.

Ariana lo miró atónita, con una mezcla de sentimientos. Por un lado, se sentía conmovida por su lealtad, pero por otro, no quería que se viera envuelto en ese peligroso torbellino por su culpa.

—Gracias.

Aparte de esas palabras, Ariana no sabía qué más decir para expresar su gratitud.

Sin embargo, no iba a permitir realmente que Carlos participara en su plan de venganza.

Aceptar en apariencia era solo para que él se quedara tranquilo.

***

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