El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 67

Lo que más inquietaba a Lucrecia aún estaba por suceder.

Al día siguiente, José Manuel la citó a las once de la mañana en el Hotel Titania. Esteban no se presentó; solo estaban José Manuel, el guionista y el director.

Lucrecia sentía un peso en el pecho, pero su rostro no delató nada.

Pase lo que pase, no pensaba renunciar a esta película. Mientras el equipo de guion y dirección siguiera igual, estaba segura de que, si participaba, el proyecto sería un éxito rotundo.

Eso ya lo había comprobado en su vida anterior. No tenía razón alguna para dejar pasar esta oportunidad.

José Manuel reservó un salón privado de lujo. Tras unos minutos de cortesía, todos tomaron asiento y pasaron directo al tema principal del día.

José Manuel fue el primero en hablar.

—Esta reunión es para platicar sobre los planes y ajustes del proyecto de la película —inició con voz firme.

Luego, José Manuel expuso el plan que había discutido la noche anterior con Esteban, aunque le dio una pulida antes de compartirlo con los presentes.

Al terminar, prometió:

—Por supuesto, en cuanto al financiamiento, vamos a priorizar la película en todo momento. Cualquier atraso en la filmación será cubierto y compensado por los productores. Así que no tienen que preocuparse ni por el dinero ni por sus pagos durante el tiempo de espera. Pueden estar tranquilos.

El director asintió con convicción.

—Presidente Rivas, se nota que piensa en todo. Nosotros también valoramos mucho este proyecto y estamos dispuestos a ajustar el calendario de rodaje —aseguró el director González.

El guionista tampoco puso objeciones.

Solo faltaba la postura de Lucrecia.

Todos se giraron hacia ella, esperando su respuesta.

Lucrecia sonrió y respondió con calma:

—Por mi parte, no hay ningún problema. Apenas soy una recién llegada, así que les pido a director González, señor Saldaña y presidente Rivas que me orienten y tengan paciencia conmigo en lo que aprendo.

Su actitud era amable y humilde, sin rastro de arrogancia que suelen mostrar las actrices consagradas.

Claro, frente a un director como González, la mayoría de los actores, incluso los más premiados, preferían mantener los pies en la tierra. Pero Lucrecia venía de trabajar en el extranjero, con el título de joven promesa internacional, y González no había tenido trato con ella antes. Por eso, no sabía bien qué esperar.

Ahora, al ver que Lucrecia no solo era atractiva, sino que además mostraba una actitud sencilla y respetuosa, González no pudo evitar sentir simpatía por ella.

Después, todos se sumergieron en la discusión sobre la película, compartiendo ideas y opiniones en un ambiente de total armonía.

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