El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 91

Ariana de repente recordó que Andrés seguramente conocía a algunos doctores especializados en psicología. ¿Podría pedirle que le recomendara a uno?

Todavía tenía pesadillas de vez en cuando, y al estar cerca de algún hombre, sentía una ansiedad inexplicable, las manos sudorosas, el pulso acelerado. Todo eso la hacía perder la concentración en sus actividades cotidianas.

Ese problema no era menor, sobre todo porque en su entorno de investigación la mayoría de sus colegas eran hombres. No podía darse el lujo de poner una barrera impasible entre ella y todos los demás.

El hecho de que el desarrollo del dron invisible lanzado desde el aire no se hubiera retrasado era solo porque contaba con la experiencia de su vida pasada; eso le permitía mantener cierta distancia y aun así avanzar. Pero, ¿y después?

Sin embargo, Ariana pronto desechó la idea de pedirle ayuda a Andrés. Si lo hacía, se involucraría demasiado, y eso también sería un lío.

Además, buscar la ayuda de un psicólogo era algo que prefería mantener en privado, sin que nadie de su círculo cercano se enterara.

Tal vez la doctora Parra también notó lo reservados que estaban los tres, así que les propuso ir al viñedo detrás del patio a cortar uvas. Incluso les dijo que podían llevar algunas para sus familias, como una forma de agradecimiento.

La doctora Parra hizo la invitación y los tres aceptaron y se fueron.

...

Cuando los tres salieron, la doctora Parra fue directo al grano con Julián.

—Julián, Ariana todavía no tiene novio, ¿verdad? ¿Qué piensas de estos dos muchachos? Yo puedo garantizar que son personas de confianza.

Julián también había estado observando discretamente a los dos jóvenes. No dudaba de su calidad humana; después de todo, ya habían pasado por el filtro de la doctora Parra. Pero...

—Sí, los dos parecen tranquilos y educados, pero temo que Ariana no está lista para pensar en eso ahora.

Julián entendía a su hija. Aunque ya estaba divorciada, necesitaba tiempo para sanar las heridas de esa relación.

Incluso en estos días, Julián notaba que ella prefería mantener cierta distancia con los hombres. Si algún desconocido la rozaba sin querer o se le acercaba demasiado, su expresión cambiaba apenas, pero él, como padre, lo notaba. Su cuerpo se tensaba de una forma que podría pasar desapercibida para otros, pero no para él.

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