El Ascenso de la Luna Fea romance Capítulo 200

LÍRICA

Mis manos se cerraron en puños a mi lado. Por los dioses, quería quitarle su orgullo. Cualquier cosa para sacarla un poco de este trono.

Pero sabía que no podía hacer nada. Además, con mi bebé involucrado, no estaba listo para tener otra pelea con ella.

A pesar de lo difícil que era inclinarse ante la mujer que me había convertido en su enemiga desde el primer día que me vio y se aseguró de que la vida siempre fuera difícil para mí, forcé a mi cabeza a bajar, dándole la gloria que ella quería.

No podía ver su rostro, pero de alguna manera podía decir que estaba sonriendo.

-No creo que pueda escuchar tus palabras-, se burló.

Mi garganta ardía por intentar producir las palabras, pero las saqué de todos modos. -Gran Luna.

-Hm.- Retrocedió, una mano en su muslo. -Suena mucho mejor. ¿Quién hubiera pensado que verte así sería una vista tan satisfactoria?

Levanté la cabeza, mis mejillas ardiendo de vergüenza. Su sonrisa engreída me hizo odiarme aún más.

-Es bueno que finalmente estés aprendiendo tu lugar. Ahora, esto me lleva a la pregunta que he estado ansiosa por hacer durante mucho tiempo. ¿Cómo has sido un Sifón pero lograste ocultarlo de todos?

Mantuve la boca cerrada.

-Ya sabes, ahora tiene sentido-, asintió, como alguien que acaba de descubrir una verdad dorada. -Por qué siempre parecías perfecta e intocable. Incluso en TCH, hiciste que pareciera que el resto de nosotros éramos inútiles. Así que, no eras solo tú. Tenía que ver con tus poderes de bruja.

-No soy una bruja-, mascullé.

-Vaya si lo eres-, bufó. -Tu tipo está prohibido. Sinceramente no sé por qué mi ‘esposo’ te está defendiendo.- No pasé por alto la forma en que enfatizó ‘esposo’. Realmente estaba decidida a perjudicarme. -Pero estoy segura de que pronto se dará cuenta. Cuando todos se pongan en su contra por su decisión de mantenerte a salvo, te entregará.

Se acercó a mí, sus ojos brillando de orgullo. -No puedo esperar al día en que te ejecuten.

Esta vez, me reí, burlándome de ella. -Me temo que estarás esperando mucho tiempo, entonces. ¿Quién sabe? Probablemente incluso mueras antes que yo.

Una chispa brilló en sus ojos.

-Vamos, Marta. Eso es suficiente-, alguien dijo desde atrás, cortando cualquier réplica que estaba a punto de lanzarme.

Miré hacia atrás y vi a Maddy acercándose hacia nosotros.

Marta rodó los ojos. -Nadie te invitó a esta conversación.

-No necesito ser invitada. Tu actitud desordenada ya es suficiente. Y por favor, no empieces con toda la mierda de ‘Gran Luna’ conmigo. Deberías saber que no estoy trabajando con eso.

Marta clavó sus ojos en mí. -Mantente alejada de mis hijos. Lo digo en serio.

Se alejó, dejándome con un alivio que no sabía que necesitaba.

Frente a Maddy, me sentí un poco incómoda. No habíamos hablado desde que se supo que era un Sifón. Durante el mes, ella se había convertido en una gran amiga, pero no sabía cómo se sentiría al respecto.

-¿Estás bien?-, preguntó, haciéndome querer llorar.

-S—Sí, supongo.

-Vamos. Te ayudaré a empacar.

Le dije que iba a buscar comida. Así que me siguió al restaurante en su lugar.

Resultó que a Maddy no le importaba que fuera lo que era. Según ella, siempre había sido un alma dulce y no iba a juzgarme por algo que no elegí ser.

Cuando terminamos en el restaurante y regresamos a la habitación, me sorprendió encontrar a Nerion saliendo. Maddy se puso incómoda de inmediato al verlo, mientras él también parecía tenso.

Pero ¿qué estaba haciendo en mi habitación?

-Su Alteza me pidió que te revisara-, aclaró.

Oh.

-Estoy bien-, le dije.

Miró a Maddy y se fue.

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