El Ascenso de la Luna Fea romance Capítulo 234

JARIS

El asombro que me sacudió fue fuerte. Su pregunta se sintió como una traición a mis emociones.

“¿Por qué estarías preguntando por ella?”

Xylon respondió a continuación. “Solo hemos estado preocupados. ¿La has visto? ¿Crees que puede visitarnos?”

Si hubiera sido alguien más y no los niños, solo la Luna sabía cómo habría reaccionado.

Me enderecé. “No necesitas preguntar por ella. No la necesitamos en nuestras vidas más.”

“Pero ¿por qué!? ¡La extrañamos!”

“¡Detente, Xyla! ¿Has olvidado todas las cosas que hizo? Mató a tu abuela. Ella… Ella…” Mis cejas se fruncieron mientras intentaba buscar algo más. ¡Oh, sí! “Actualmente está con mi hermano, ayudándolo en su contra. Me dejó incluso antes…” Me detuve, dándome cuenta de que había ciertas cosas que los niños no necesitaban saber.

Lyric no había sido más que un dolor en mi vida. No había un solo recuerdo feliz sobre ella. Todo lo que me causó fue dolor. ¿Cómo pude haber estado a su lado cuando se descubrió que era un Sifón? Oh, maldición; debería haberla entregado a los Ejecutores entonces. ¿Cómo fui tan tonto?

Nunca debería haberme emparejado con ella.

Kael abrió la puerta lentamente, asomándose. “Los autos están listos.”

****†****†

LYRIC

Había un nudo de nervios en lo más profundo de mi vientre; un nudo que se había estado formando desde el momento en que Caden y yo salimos de la casa.

Incluso en el coche, intenté rogarle que me dejara fuera de esta reunión. No quería encontrarme con Jaris.

Pero los dioses prohibieron que Caden se perdiera la oportunidad de restregármelo en la cara a Jaris.

La mano que sostenía mi bolso se aferró tan fuerte mientras caminábamos hacia el salón. Intenté prepararme mentalmente para ello. Jaris estaría allí, junto con algunos de los Alfas que había conocido a través de él. ¿Cuál sería su reacción si me veía con Caden?

Aunque había una parte de mí que había estado ansiosa por verlo después de todo este tiempo, aún estaba tan nerviosa.

Caden tomó mi mano justo antes de llegar a la puerta. Le lancé una mirada de interrogación e intenté liberar silenciosamente mi mano de la suya, pero por supuesto, el muy bastardo no me dejó.

En cambio, me miró y sonrió, haciéndome saber que realmente le encantaba este juego.

No había nada que pudiera hacer mientras finalmente cruzábamos la puerta juntos.

Había una larga mesa en la habitación, rodeada de sillas y llena de gente. Sin embargo, escudriñé con la mirada en busca de una sola persona. Y no me llevó mucho tiempo encontrarlo.

Mi corazón cayó en el rincón más oscuro cuando nuestros ojos se encontraron, una tensión invisible colgando entre nosotros.

VERIFYCAPTCHA_LABELVerificar