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El Desquite de una Madre Luchona romance Capítulo 149

Lázaro se quedó sin palabras ante la respuesta de Rocío, pasmado durante varios segundos.

Sin embargo, entre más la escuchaba, más fuerte era su deseo de platicar con ella, de aclarar las cosas de una vez por todas.

—Tienes a Samuel de tu lado ahora, sí. Pero, ¿cómo puedes estar segura de que, al final, él y yo no somos iguales? ¿Quién te dice que alguno podrá vencer al otro? —La voz de Lázaro sonó serena, pero en el fondo, cada palabra estaba cargada de una amenaza apenas disfrazada.

Ese comentario sí logró poner nerviosa a Rocío. Bajó la mirada y esbozó una sonrisa apagada.

—¿Qué quiere platicar el señor Valdez? ¿Dónde? ¿En la sala de juntas donde estuvimos hace un rato o aquí mismo? Está bien, diga lo que quiera.

Al ver que por fin accedía, Lázaro soltó un suspiro, aliviado.

Entonces, cargando a Carolina en brazos, se acercó a Miranda, quien ya tenía lista su maleta y estaba a punto de salir para ir a buscar trabajo en otro lado.

—Miranda...

La llamó por su nombre, algo que no solía hacer.

Para ser justos, el señor Valdez siempre había tratado bien a todas las personas que trabajaban en la casa: nunca les faltaba nada y jamás les imponía castigos ni jornadas excesivas. Por eso, cuando la llamó por su nombre, Miranda se sorprendió tanto que hasta se le cortó la voz.

—Señor, dígame lo que necesite. Aunque ya renuncié, haré todo lo posible por ayudar.

—Sé que no la pasó bien en la familia Valdez. No pienso forzarla a quedarse, pero le pido, por favor, que por el bien de esta niña, que ha perdido a su madre, le ayude a adaptarse. Dígame cuánto quiere de salario, lo que usted pida: cincuenta mil, cien mil pesos al mes, lo que sea. —Por primera vez, Lázaro dejó de lado su imagen de gran empresario y habló solo como un padre desesperado.

Mientras tanto, Carolina, aferrada a Miranda, soltó el llanto.

—Miranda, por favor, no te vayas... —El llanto de la niña era tan sincero que partía el alma.

Carolina tenía una inteligencia aguda y una sensibilidad especial. Sabía que Miranda había decidido irse solo porque no soportaba ver cómo trataban a su mamá en esa casa. Miranda siempre había estado de su lado y, si por algo no podía retener a su mamá, al menos esperaba poder convencer a Miranda de quedarse. Quizá, si Miranda lograba hablar con su mamá, podría hacer que algún día regresara.

Miranda dudó, mordiéndose el labio. En el fondo era una mujer justa y de corazón blando, y verle llorar de esa forma la hizo cuestionarlo todo. Miró a Rocío buscando guía.

Pero Rocío, tranquila y sin titubear, le respondió:

Capítulo 149 1

Capítulo 149 2

Capítulo 149 3

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