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El día que mi viudez se canceló romance Capítulo 172

Marisa frunció el entrecejo y les lanzó a ese grupo de muchachos maleducados una mirada cortante.

—No es que me preocupe por ustedes, tampoco se lo merecen. Lo único que quiero es no atrasar la actividad social. Si ustedes no respetan el trabajo, el trabajo tampoco los va a respetar después.

Soltando esas palabras como si fueran piedras, se fue caminando hacia la pared este del Zoológico Arcoíris.

A los estudiantes de la academia de arte, que no parecían ser los más avispados, apenas les cayó el veinte: Marisa acababa de regañarlos frente a todos.

Uno de ellos, visiblemente molesto, soltó con desdén:

—Bah, ¿y esa quién se cree? Se da aires como si fuera la gran cosa. Si seguimos su lógica, seguro su familia política la termina echando. Fue ella quien empezó faltando al respeto.

—Eso, hay gente que solo porque es mayor se siente con derecho a andar de presumida —añadió otra, igual de resentida.

Perla, que ya no aguantaba más ese chisme barato, levantó la voz:

—¿Van a chambear o no? Si no quieren, agarren sus cosas y váyanse de regreso a la escuela.

A esos chicos les gustaba buscar al más noble para fastidiar, y pensaron que Marisa era presa fácil. Pero a Perla no se atrevían a llevarle la contraria; con ella, siempre era mejor no tentar a la suerte. Tenía fama de ser una fiera.

...

El sol ya estaba bien arriba.

El verano caía con todo, quemando como si fuera una madrastra resentida.

Marisa había elegido ese día una camiseta gris y unos jeans oscuros. Se plantó justo frente a la pared cubierta de grafitis. Sacó una liga negra del bolsillo, y con movimientos ágiles, recogió su melena y se hizo una coleta alta en un parpadeo.

Perla, que estaba a unos metros, la miró de reojo.

Así, tan práctica y decidida, nadie diría que era la misma mujer que se bajó de un carro de lujo. Más bien parecía una universitaria recién graduada, lista para entrarle a lo que fuera.

Sobre todo cuando se amarró el cabello, metió el celular en el bolsillo del pantalón y se agachó para preparar las pinturas.

A Perla le vinieron recuerdos de sus días de estudiante de arte, cuando todo era nuevo y el futuro parecía estar a la vuelta de la esquina.

Capítulo 172 1

Capítulo 172 2

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