Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 199

Se escuchó bastante ruido del otro lado, seguramente Sebastián había empujado a Joaquín para quitarle el celular. Con voz seria, dijo:

—No le hagas caso a Joaquín, no hay nada malo en hablar de esto. Te quiero advertir que, si de repente decides que no te quieres divorciar, ¡corto relaciones contigo! Sofía, lo digo en serio, no es broma.

Dicho esto, colgó de un golpazo. Sofía no supo qué hacer. Realmente había mucha gente a su alrededor esperando que se divorciara. No solo Carmen y Sebastián, Rodrigo también le había mandado un WhatsApp deseándole suerte con el divorcio de mañana, e incluso Javier y Wendy.

Wendy era bastante interesante. Sabiendo su relación con Diego, era comprensible que anduviera de chismosa. Pero ¿qué hacía Javier metiéndose? Que supiera la fecha exacta del divorcio, probablemente había sido obra de Rodrigo.

Por supuesto no podía faltar Camilo, el rey de los entrometidos, que había mandado como diez mensajes, hasta diciendo que le quería hacer una fiesta de soltera, de esas escandalosas. A Sofía se le erizó la piel y lo rechazó inmediatamente.

También Gabriel le había mandado un mensaje. Sofía no alcanzó a verlo antes de que lo borrara, seguramente también tenía que ver con el divorcio. Probablemente se sintió incómodo por su posición y lo borró después de mandarlo. Así que Sofía no le preguntó nada.

Después de todo este drama, ya no tenía ganas de trabajar. La palabra "divorcio" volvió a aparecer claramente frente a ella. Todos la estaban felicitando, pero la única que realmente se enfrentaba al divorcio era Sofía. Los demás no podían entender esos sentimientos tan complejos.

Sofía se bañó y se acostó, pero como no podía dormir, prendió la televisión del cuarto y puso una película al azar: "Sueños de Libertad". Una vez la había visto con Diego.

***

Al día siguiente, era lunes. Diego fue al trabajo normalmente. Lucía pidió el día libre, no había nadie para hacer el desayuno. Sofía siempre le había hecho desayuno religiosamente, y que no hubiera desayuno justo en este día tan especial se sentía muy irónico.

—No, vete.

Nicolás se dio cuenta de que Diego no estaba de buen humor, pero por fuera se veía normal, así que no preguntó más. Tal vez realmente tenía algo muy importante. Solo los asuntos de la señorita Herrera le importaban al señor Villareal. El día anterior, le había comprado casa a la señorita Herrera, tal vez los dos realmente estaban por casarse.

Entre los amigos de Diego, muy pocos sabían que hoy iba al registro civil a divorciarse, no se lo había dicho a nadie más. Él y Sofía se habían casado en secreto, poca gente lo sabía, así que el divorcio sería igual. No había necesidad de decirle a nadie. Normalmente, le habría avisado a Nicolás, pero Diego no tenía ganas de hablar.

A la 1:50 de la tarde, faltaban diez minutos para la hora acordada. Diego aún no había recibido ningún mensaje de Sofía. ¿Realmente vendría? ¿Realmente se atrevería a venir por él? Cuando llegaron las dos en punto, el celular vibró de repente, y su corazón se aceleró. Miró fijamente la pantalla del celular, donde se veía claramente el nombre "Sofía". Cinco segundos después, contestó la llamada.

—Diego, te estoy esperando en el estacionamiento B2.