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Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 435

Con un fastidio evidente, Pandora miró a Alejandro.

No había pasado ni un minuto desde que se reencontraron y ya ese descontento se le notaba en los ojos.

—¿Y yo qué? —preguntó con tono cortante.

Alejandro la miró sin emoción.

Sabía muy bien que, si no la llamaba mamá, iba a armar un escándalo ahí mismo.

Así que cedió.

—Mamá —dijo al final, seco, casi forzándose—. Vamos.

Eso no era cariño, era estrategia. Una cortesía vacía para mantener la paz.

Pandora sonrió de inmediato, hizo como si no notara su rigidez y se colgó de su brazo mientras caminaban hacia la salida.

Alejandro miró su muñeca, aguantó unos segundos y al final se soltó.

No toleraba ese contacto que no hacía falta.

Ella notó el rechazo y se molestó.

Por suerte, Evelina habló con tacto y, después de pensarlo unos segundos, Pandora dejó pasar el incidente.

Sabía que ese "mamá" había sido fingido, pero con que él hubiera ido a buscarla ya le bastaba.

Ahora lo que más le interesaba era conocer a la supuesta novia.

—Llévame a conocer a tu novia —pidió, con curiosidad y autoridad mezcladas.

Quería ver qué clase de mujer había logrado llamar la atención de su hijo.

Durante años pensó que Alejandro no se iba a enamorar nunca, y verlo interesado en alguien la emocionaba.

Si fue capaz de tener una relación una vez, podía tener una segunda, y con eso ya no temía por su futuro sentimental.

Alejandro respondió con calma:

—Por ahora no.

—¿Por qué? —preguntó, alzando una ceja.

—Tengo que preguntarle si quiere conocerte.

Pandora lo miró, sorprendida.

—Vaya, qué considerado. Supongo que tienes razón. No todas las muchachas se sienten cómodas conociendo a la suegra tan pronto. Me alegra que, al menos, sepas pensar en lo que siente una mujer. Eso te hace un poco más valioso.

Lo miró con cierto orgullo.

—¿Y no le dijiste quién soy? —insistió.

—No —contestó rápido.

Alejandro prefería no mencionar a su madre en ningún contexto.

El cariño de su madre siempre se reducía a transferencias y regalos caros.

Era la única forma que tenía de mostrar afecto... y de aliviar su culpa.

Por lo demás, nada había cambiado.

Seguía sin entender qué significa de verdad ser madre.

Antes de apagar el celular, Alejandro revisó sus mensajes: Sofía todavía no le contestaba.

Minutos después, el celular vibró.

"Ya llegué a la oficina. ¿Cuándo puedes venir por mí?"

Por primera vez en todo el día, Alejandro se vio más tranquilo.

"Siempre tengo tiempo para ti".

Sofía contestó de inmediato:

"¿Ya recibiste a tu mamá?"

Alejandro contestó:

"Sí".

"¿Y no te quedas a acompañarla?"

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