El increíble papá de los trillizos romance Capítulo 202

—Ignora los comentarios —susurró Rosa mientras sostenía su teléfono—. He oído que el Señor Ferrera ha tenido una mala relación con su esposa y los dos ni siquiera tuvieron una boda. La Señora Ferrera tenía fama de ser muy arrogante en el mundo empresarial y no le agrada a nadie. Tienes que hacerlo lo mejor posible y conseguir el título de Señora Ferrera. Y no te olvides de mí cuando te cases con una familia rica.

—Rosa, has malinterpretado la situación. Esto no es lo que parece...

Adriana estaba a punto de explicar cuando su teléfono sonó. Al mirar la pantalla, se dio cuenta de que era un número desconocido.

—¿Hola?

—Hola, ¿es usted la Señorita Adriana Ventura? Soy de Televisora H. Espero entrevistarla sobre su historia con el Señor Héctor Ferre...

Antes de que el hombre pudiera terminar su frase, Adriana había terminado la llamada. Al segundo siguiente, su teléfono volvió a sonar. Adriana no se atrevió a contestar esta vez, pero no importaba porque pronto, su bandeja de entrada explotó con innumerables mensajes: «Señorita Adriana Ventura, somos del Diario de Ciudad H. Esperamos tener una entrevista exclusiva con usted sobre Héctor Ferrera y usted».

«Señorita Adriana Ventura, somos del Canal Empresarial de Ciudad H. Esperamos poder concertar una entrevista exclusiva con usted. ¿Podemos acordar una hora?».

«Señorita Adriana Ventura...».

Todas las empresas de medios de comunicación en Ciudad H, e incluso las empresas de medios de comunicación en el extranjero, esperaban entrevistar a Adriana.

Ella no se atrevió a responder a ninguna llamada de números desconocidos, ni se atrevió a hacer clic en su bandeja de entrada. En pocos minutos, había recibido decenas de mensajes, todos ellos preguntando por su relación con Héctor.

A Adriana le entró el pánico y supo que las cosas habían estallado. Si eso seguía así, todos sus asuntos privados saldrían a la luz. Si eso ocurría, incluso sus hijos se verían envueltos en este lío. «Qué hago? ¿Qué debo hacer?».

—¡Déjame entrar!

La voz chillona de Selene llegó desde el exterior.

—No estoy aquí para hacer un escándalo. Estoy aquí por Adriana. Se mudó de su anterior casa, así que este es el único lugar donde puedo encontrarla. Esa perra tuvo la audacia de seducir a mi marido y lo obligó a divorciarse de mí mientras yo no estaba. Quiero enfrentarme a ella por esto.

En ese momento, todos los que estaban junto a los elevadores oyeron sus gritos y le lanzaron miradas extrañas a Adriana.

De inmediato, Adriana bajó la cabeza mientras fruncía el ceño en silencio.

—¿Qué están mirando? ¿Qué hay que mirar?

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