—Mmm... Te hará pasar un mal rato si te presentas en su habitación. Me inventaré algo y me la quitaré de encima. Quizá me regañe, pero nunca me maltratará —respondió Lucy con la cara arrugada.
—¡Está bien! Te acompañaré. —Adriana se puso de inmediato los zapatos y dijo—: Ya fui testigo del temperamento de la Señorita Negrete. De ninguna manera permitiré que pases por una experiencia tan atormentadora sola cuando soy yo a la que viene a buscar.
Al final, Adriana se marchó con Lucy y se dirigieron a la habitación de Sonia con el pendrive y unos cuantos documentos. Para su sorpresa, Dante no aparecía por ninguna parte en la habitación de Sonia.
Mientras tanto, ella, que se había puesto un camisón, se recostó en el sofá y disfrutó de la copa de vino que se había servido. Apoyó su esbelto par de piernas sobre la mesa de centro, exudando una presencia noble, superior a la de los presentes.
—Señorita Negrete, aquí están los documentos y el pendrive que tiene la propuesta y el plan de negocio del proyecto. —Lucy le entregó las cosas a Sonia con cortesía.
—Gracias, por favor, ponlo sobre la mesa... —Sonia le indicó a Lucy mientras tenía los ojos pegados a Adriana.
—S… Si, Señorita Negrete. —Lucy lo colocó sobre la mesa de centro—. Como no hay nada más, vamos a...
—Eres libre de irte, pero tengo algo que hablar con Adriana. —Sonia le hizo una seña a Adriana de manera cortés, como si no pudiera esperar a que ella se le uniera.
Lucy miró a Adriana con la frente arrugada porque temía la próxima sesión entre a pareja.
—¡Gracias! —Adriana tomó asiento tal y como le habían sugerido, como si no fuera nada del otro mundo.
—Siendo así, me voy. —Antes de marcharse, Lucy le dijo a Adriana—: Quiero que tomes nota de las palabras de la Señorita Negrete, ¿de acuerdo? Si necesitas mi ayuda, no dudes en llamarme.
Adriana respondió con una sonrisa y le aseguró a Lucy:
—Sí, Lucy. Lo tendré en cuenta.
Después de que Lucy se fue, la sirvienta apareció y le trajo a Adriana una taza de café. Una vez servido, Sonia le hizo una seña para que las dejara solas.
—Mírate, parece que lo estás pasando muy bien, ¿eh?
Sonia terminó su pregunta retórica con una extraña sonrisa mientras miraba a Adriana con indiferencia.
—Señorita Negrete, ¿puedo saber de qué desea hablar? —Adriana cortó la charla y fue al grano de inmediato. Del mismo modo, Sonia se sentó y le entregó el cheque que había preparado de antemano después de rellenar los datos y el importe. Confundida le preguntó—: ¿Qué es esto?
Sonia respondió con desprecio:
—Hice un sencillo estudio de mercado y descubrí que la prostituta más barata de la ciudad recibe entre unos cientos y unos miles por cada uno de sus servicios. En cuanto a las influencers y las modelos, obtienen alrededor de ocho mil a diez mil. Los famosos novatos son los que más cobran, ya que reciben decenas de miles por cada uno de sus servicios...

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