El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 131

Dos días pasaron en un abrir y cerrar de ojos.

En la mañana del día de partida, once autobuses se estacionaron frente a la entrada de la escuela. Todos los estudiantes de primer año abordaron los autobuses según el destino asignado.

El entrenamiento especial duraría quince días. Casi todos los estudiantes llevaban grandes mochilas y bolsas repletas de bocadillos, objetos personales y baterías portátiles.

Ángeles, en cambio, solo llevaba una mochila ligera con unas pocas prendas de ropa interior para cambiarse, un cargador. Un pequeño estuche de agujas de plata y medicamentos de emergencia que siempre llevaba consigo.

Al subir al autobús, Ángeles encontró un asiento junto a la ventana. El característico olor del autobús le provocó un leve mareo, así que se colocó los auriculares y se metió un caramelo de menta en la boca.

Poco a poco, los asientos vacíos comenzaron a llenarse.

El ruido dentro del autobús se intensificó a medida que los estudiantes hablaban animadamente. Frente a Ángeles, dos chicas estaban absortas en una conversación sobre los últimos chismes del mundo del espectáculo.

—Oye, ¿viste la ceremonia de la alfombra roja la semana pasada? ¡Había tantas estrellas de primer nivel y grandes celebridades! Pero al final, el centro de atención se lo llevó una actriz llamada Berenice, ¡que ni siquiera está en el radar!

—¡Sí, lo vi! Incluso vi la transmisión en vivo. Resulta que los grandes nombres del evento empujaron a esa tal Berenice al centro del escenario. ¿Quién será? ¿Qué conexiones tendrá? Porque, según lo que sé, antes solo era una figurante sin ningún reconocimiento.

—Pues, ¡qué te digo! Seguro tiene a algún pez gordo respaldándola. De otra forma, ¿cómo podría alguien como Berenice conseguir protagonizar proyectos tan importantes, todos de alto presupuesto, y siempre como la actriz principal? ¡Y encima, con puros actores top!

—¡Guau! Ahora tengo demasiada curiosidad. ¿Quién será el gran magnate que está detrás de Berenice?

La chica a la izquierda se inclinó hacia ellas, bajando la voz mientras decía: —Dicen que es un pez gordo de Ciudad Solarena, ¡el hombre más rico del mundo!

Al escuchar esas palabras clave, Ciudad Solarena y el hombre más rico del mundo, Ángeles abrió los ojos y se quitó los auriculares, que aún no había conectado para escuchar música.

Ciudad Solarena. El hombre más rico del mundo.

¿No estaban hablando de Vicente?

Ángeles lo entendió de inmediato. Así que por eso Vicente había desaparecido tras marcharse de Ciudad de la Luz de la Luna. Ella había estado preocupada durante días, temiendo que él reapareciera para intentar matarla.

Ángeles no le dio importancia y cambió de posición para seguir durmiendo.

Poco después, el autobús se puso en marcha. Los rayos del sol entraban por la ventana, iluminándole el rostro de forma molesta.

Abrió los ojos y giró el rostro hacia otro lado. Fue entonces cuando notó que la persona sentada junto a ella estaba leyendo un libro. ¡Era Oscar!

...

¿Qué rayos?

Ángeles quedó perpleja y, sin pensarlo mucho, exclamó: —¿Qué haces aquí?

Oscar, con frialdad, respondió: —Yo financié esta actividad, yo organicé los autobuses. ¿Qué problema hay con que esté aquí?

Ángeles no pudo responder.