El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 144

Este cambio tan drástico, todo fue gracias a Ángeles.

La abuela Alzira, mientras hablaba, sacó las fresas y las lavó cuidadosamente antes de colocarlas junto a Ángeles.

Ángeles comía tranquilamente cuando escuchó que su celular sonaba varias veces. Al revisarlo, vio que eran mensajes del nuevo grupo de entrenamiento especial de la escuela. El subdirector encargado pidió a todos los estudiantes que se reunieran, pues se iba a organizar el alojamiento de los participantes en casas vacías de los aldeanos.

La mayoría de los habitantes del pueblo eran muy hospitalarios, especialmente después de que la escuela entregó tantas donaciones. Limpiaron con esmero sus habitaciones desocupadas para recibir a los estudiantes.

Aunque algunos ya venían mentalizados para lo que se iban a encontrar, todavía hubo quejas constantes. Varias personas criticaban las condiciones de las casas, calificándolas de deterioradas, y se demoraban deliberadamente para no ir.

En el grupo incluso hubo quien se lució con comentarios cargados de arrogancia: —¿Por qué aquí no hay hoteles? ¡Yo siempre me hospedo en hoteles de cinco estrellas!

...

Hasta que el subdirector, con un mensaje simple pero contundente, puso fin a las quejas: —Ustedes vinieron a entrenar, no de vacaciones.

El grupo se quedó en silencio.

Ángeles se tocó la barbilla, sumida en sus pensamientos. En sus planes estaba convertir a Villa de los Cielos en un destino turístico; naturalmente, eso incluiría cabañas y alojamientos para turistas. Pero esas construcciones aún estaban en proceso.

Si ya estuvieran listas, podría aprovechar esta oportunidad para generar algo de atención hacia el pueblo y promoverlo como un punto de interés turístico.

Qué lástima.

Ángeles le envió un mensaje al subdirector diciendo que ya había encontrado un lugar donde hospedarse, por lo que no iba a reunirse con los demás para esperar asignaciones. El subdirector respondió con un escueto pero amigable "De acuerdo".

Después de pasar todo el día viajando en autobús, al fin pudo acostarse y descansar bien por la noche.

Ángeles, tras ducharse, se metió en la cama. El aroma de las sábanas, con el cálido olor del sol impregnado en ellas, la envolvía. Cerró los ojos con tranquilidad.