Leia Capítulo 154 do romance El Regreso de la Heredera Coronada aqui. A série El Regreso de la Heredera Coronada, do gênero romances chineses, foi atualizada para Capítulo 154 . Leia o romance completo em booktrk.com.
Pesquisas relacionadas a Capítulo 154 :
El Regreso de la Heredera Coronada Capítulo 154
Capítulo 154
Quince minutos después, el rugido estruendoso de un auto deportivo resonó en el camino hacia la Villa de los Cielos. Al principio, los habitantes del pueblo se quedaron extrañados, pensando que había llegado otro forastero.
Sin embargo, apenas se abrió la puerta del auto y bajó un hombre con actitud extremadamente arrogante, los curiosos se miraron entre sí y, sin decir palabra, dieron media vuelta y se fueron.
Era como si estuvieran evitando algo repugnante.
Porque ese hombre era Rubén.
Cuando la familia de Braulio todavía vivía en la Villa de los Cielos, Rubén era famoso por sus robos y escándalos. Más de una vez lo habían sorprendido acosando a las muchachas que lavaban ropa en el río, o incluso a mujeres casadas, lo que provocó que varios hombres terminaran agarrándose a golpes con él.
Sin embargo, Braulio y Lorena, siendo unos verdaderos sinvergüenzas, siempre salían librados. Incluso eran expertos en voltear las cosas, haciendo que los demás acabaran siendo los culpables.
Con el tiempo, la reputación de la familia se echó a perder por completo, y la gente del pueblo decidió mantenerse lejos de ellos.
Así que ahora, al ver a Rubén, no había otra reacción posible: evitarlo como a la peste.
Rubén regresó al pueblo haciendo alarde, llegando en un auto deportivo, claramente queriendo presumir. En su cabeza, seguía siendo el "millonario" que alguna vez tuvo una fortuna de millones de dólares, convencido de que su estatus lo ponía por encima de los "insignificantes insectos" que vivían en el pueblo.
Sin embargo, no esperaba que esos mismos "insectos" lo ignoraran completamente y simplemente se fueran.
¿A quién podía impresionar entonces?
Furioso, Rubén agarró a uno de los vecinos al azar. Apenas abrió la boca para presumir, el hombre soltó una carcajada burlona y dijo: —Cuida bien ese carro rentado, no vaya a ser que ni siquiera te devuelvan el depósito.
De inmediato, estallaron risas por todos lados.
El rostro de Rubén se puso rojo de rabia.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: El Regreso de la Heredera Coronada