El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 232

Ángeles quedó sorprendida por un momento, luego sonrió. —Si no deseas que me ría, ¿no deberías tapar mi boca en lugar de mis ojos? Lo siento por decir, pero no sé cómo describirte...

Un beso descendió.

Ángeles no podía ver a la persona frente a ella, pero podía sentir la fragancia ligera y agradable del otro cuando se acercó en ese instante.

Fue solo un momento; Vicente la soltó y retiró la mano que cubría sus ojos.

Ángeles se sintió algo perdida, casi podría haber creído que lo que había sucedido fue solo una ilusión, si no fuera por el calor del toque en sus labios que aún se mantenía.

Vicente lentamente apartó una silla al lado y se sentó con un aire natural, incluso levantó la mano para llamar al mesero y dar algunas instrucciones, como si nada hubiera pasado.

Ángeles rechinó los dientes, pero no le dio importancia; el gesto de Vicente le ayudó a distraerse bastante.

Al menos, ya no pensaba en los momentos incómodos de esa noche.

El mesero se movió con agilidad. No pasó mucho tiempo antes de que un grupo de personas entrara, algunos con ingredientes y otros con utensilios de cocina; había barman y cocineros.

El ambiente tranquilo de la azotea se llenó de gente, y no era una pequeña congregación: montaron mesas y comenzaron a cortar ingredientes, y pronto, los cocineros prepararon platos en el lugar. No pasó mucho tiempo antes de que el filete y el foie gras, exudando un aroma delicioso, fueran servidos en la mesa.

Ángeles observó sus uniformes de trabajo y suspiró para sí misma, impresionada, ¡Vicente había traído a algunos de los chefs más talentosos del restaurante más exclusivo de Luz de Luna!

Eran chefs tan solicitados que ni todo el dinero podría garantizar su disponibilidad.

Los platos fueron servidos, y las bebidas del barman también llegaron.

Luego, como la marea, el grupo se retiró tan limpiamente como había llegado, sin decir una palabra durante todo el proceso, incluso los sonidos que hicieron fueron mínimos.

Ángeles probó un bocado y, efectivamente, estaba delicioso.

Después de comer, Ángeles se levantó y se estiró perezosamente.

De repente, un estruendo resonó no muy lejos.

Ángeles miró hacia el origen del sonido y vio cómo decenas de voladores estallaban bajo el manto oscuro de la noche.

En un instante, los edificios cercanos parecían iluminarse, los vivos colores de las luces se reflejaban en los cristales de los rascacielos, y toda la ciudad se transformaba en un reino de ensueño.

Cada volador tenía una forma única, como flores en el cielo.