El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 270

Ángeles les dejó hacer sus cosas.

Ella continuaba en la farmacia investigando los medicamentos, ya había una fila de medicinas sobre la mesa, todas preparadas por ella misma.

Los ocho médicos sacudían la cabeza y suspiraban. Para ellos, Ángeles era demasiado joven e inexperta. Además de desperdiciar tantas buenas materias primas, ¿en serio podría crear algún medicamento milagroso?

Durante varios días, muy pocos pacientes visitaron el Centro Médico Sanar.

Mientras tanto, la Clínica de la Benevolencia seguía recibiendo clientes lentamente, un símbolo de una marca establecida.

Los ocho médicos no podían evitar sentir envidia.

Como médicos, también querían poder practicar su arte médico, pero lamentablemente en la Clínica de la Benevolencia había buenos medicos y los demás no les prestaban atención...

Mientras los ocho médicos envidiaban la clínica de enfrente, un Mercedes se acercó rápidamente y se detuvo bruscamente.

La puerta se abrió y llevaron a alguien hacia la Clínica de la Benevolencia.

Otro paciente que buscaba tratamiento en la clínica de enfrente.

Los ocho médicos se miraron unos a otros y suspiraron nuevamente.

Esta vez, la persona llevada a la Clínica de la Benevolencia era alguien muy influyente, el dueño de uno de los negocios de restauración más importantes de Luz de Luna: Arturo Mendoza de la familia Mendoza.

La familia Mendoza era muy rica, y el presidente Arturo era una persona muy conocida.

Su llegada a la Clínica de la Benevolencia casi causó un alboroto entre todos los maestros.

Todos se reunieron alrededor de Arturo para tratarlo.

Luego, uno tras otro, sacudían la cabeza.

—No se encuentra nada, parece estar bien, no parece enfermo.

—Mi diagnóstico también es el mismo, no hay anomalías.

—Yo igual.

—Yo también...

Varios maestros se sonrojaron por los insultos de Maristela. Solo pudieron defenderse diciendo, —Pero los diagnósticos en serio no muestran nada... ¿Podría ser que el presidente Arturo estuviera fingiendo?

—Pero, ¿por qué?

Maristela, de temperamento explosivo, al oír esto, tomó cosas de la mesa y comenzó a lanzarlas mientras gritaba, —¡Vamos, ven y finge desmayarte para que yo lo vea!

El alboroto fue tan grande que alarmó a Daniel en el piso de arriba.

Al ver que era Maristela quien causaba la conmoción y entender la situación, Daniel giró sus ojos pensativo y rápidamente dijo, —Ay, no podemos tratar la enfermedad del presidente Arturo, pero ahí enfrente, en el Centro Médico Sanar, tienen médicos muy capaces que podrían curarlo.

—¿Era en serio?

Al oír que había esperanza, Maristela, sin pensarlo mucho, ordenó que trasladaran a su padre al otro lado de la calle.

Después de que se la llevaron, Daniel se quedó sonriendo complacido.

¿Problema resuelto, no es así?

Cuando la clínica de enfrente también diga que no pueden tratarlo, esta temperamental Maristela seguramente se desesperará y armará un escándalo en el Centro Médico Sanar, ¡arruinando su reputación!