El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 274

En el Centro Médico Sanar.

Arturo fue recolocado en la misma cama que antes.

Su estado mental ya había mejorado considerablemente; aparte de hablar de manera algo confusa, no mostraba signos del borde de la muerte en el que había estado.

Al enterarse de que había sido Ángeles quien lo había salvado, Arturo dijo: —Señorita Ángeles, en serio sus manos son milagrosas. Para mostrar mi agradecimiento, esta vez definitivamente pagaré la consulta...

—No te alegres demasiado pronto.

Ángeles interrumpió. Miró de nuevo a Maristela y continuó con calma: —La razón por la que el presidente Arturo cayó repentinamente en coma, y luego comenzó a convulsionarse y a morderse la lengua, no es una enfermedad, sino que alguien le ha hecho brujería.

¿Brujería?

Tanto Arturo como Maristela quedaron desconcertados.

¿Podría algo tan increíble ser real?

¿O sería un engaño?

Ante la incredulidad, Ángeles sabía que no creían.

Vamos a verlo con sus propios ojos.

—Extiende el brazo. —ordenó Ángeles.

Arturo obedeció inmediatamente, subiéndose la manga.

Ángeles tomó una aguja de plata y la insertó; emergió una gota de sangre y Maristela, curiosa, se acercó para observar. Para su horror, vieron algo moviéndose bajo la blanca y regordeta piel del brazo de Arturo.

—¡Ah!

Maristela exclamó: —¡Un gusano!

Los ojos de Ángeles brillaron con una luz intensa: —Eso es un gusano de brujería, además, es de la rara Brujería negra.

El presidente Arturo, aterrorizado, comenzó a temblar; incluso la carne de su barbilla vibraba. Con un rostro desolado, suplicó:

—Curandera, por favor ayúdame, saca este Brujería negra de mí. ¿Qué pasa si muerde mi carne, bebe mi sangre o se mete en mi estómago?

Justo después de decir esto, el gusano se desplazó hacia el punto donde había emergido la gota de sangre, la absorbió y la gota desapareció.