El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 320

Lourdes sonrió y, sin discutir más con Hua, siguió la dirección en la que estaba Belén y dijo: —Ya he hecho los arreglos pertinentes. En cuanto mi hermano regrese, le pediré que nos acompañe a la Iglesia de la Virgen del Rosario para dar un paseo. Para entonces...

Lourdes hizo un gesto con la mano para que Belén se acercara un poco.

Belén inclinó la cabeza hacia ella.

—Para entonces, crearé una oportunidad para que estén a solas. Aprovéchala bien, ¿me oyes?

Dijo Lourdes con una amplia sonrisa, y luego agregó: —Ningún hombre puede resistirse a los brazos de una mujer que toma la iniciativa. A veces, no deberías ser tan reservada.

Belén, algo avergonzada, sintió que dos manchas de rubor les subían a las mejillas. En voz baja respondió: —Lo sé, cuñada, haré mi mejor esfuerzo...

Lourdes, satisfecha, le dio una palmada suave en la mano.

Las dos mujeres se sentaron cómodas en el patio, disfrutando del sol, mientras esperaban el regreso de Vicente.

Vicente había estado muy ocupado esos días. Después de todo, llevaba bastante tiempo fuera de Solarena y, al regresar, se encontró justo con una montaña de asuntos acumulados en su grupo empresarial, sin mencionar los innumerables negocios que tenía bajo su nombre.

Algunas tareas menores podían simplemente delegarse, pero las decisiones importantes solo podían ser tomadas por él.

En el centro de negocios de Solarena, en el último piso del edificio más alto, se encontraba la oficina del presidente ejecutivo. Los ventanales de piso a techo ofrecían una vista impresionante de toda la ciudad.

Vicente acababa de terminar de revisar un montón de documentos. Dejó a un lado su bolígrafo y tomó el celular móvil que estaba al lado.

Había muchos mensajes dirigidos a él, pero tristemente ninguno era de Ángeles.

No sabía qué estaba haciendo esa muchacha.

Decidió marcar directamente su número.

Sin embargo, al otro lado del celular, solo escuchó el frío mensaje automático de la operadora: —El número al que está llamando no está disponible en este momento. Por favor, intente más tarde...

Vicente se procupo bastante.

Esta ya era la tercera vez en los últimos días que intentaba llamar a Ángeles.

Y cada vez el celular no estaba disponible.

¿Lo estaba evitando a propósito o le habría sucedido algo?

—¿Será que Ángeles se mudó? Antes vivía aquí porque no tenía muchas opciones. Pero ahora, con el dinero que tiene, es una rica sin preocupación alguna. ¿No cree que pudo haberse ido a un lugar mejor?

Vicente, sin embargo, no estaba dispuesto a especular. Le dio otra orden: —Ve a buscarla a la university.

El departamento podía haber cambiado, pero las clases ya habían empezado, y con la personalidad tan firme de Ángeles, era poco probable que faltara a la universidad.

Marco no tuvo más remedio que obedecer.

Sin embargo, cuando llegó a la escuela y preguntó, se sorprendió al descubrir que Ángeles tampoco estaba allí. Es más, ni siquiera se había presentado el día de inicio de clases.

Marco no se apresuró a informar a Vicente, pero el celular de Vicente ya estaba sonando.

—¿Encontraste a Ángeles?

—No, no la he encontrado.

Marco también empezó a ponerse serio y, tratando de calmarlo un poco, añadió: —Señor Vicente, no se preocupe por eso, iré a buscarla a la familia Vargas. Gonzalo falleció hace unos días, y él era el abuelo de Ángeles. Quizás ella está con ellos, en la familia Vargas, ¿no cree?