El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 339

Esa mirada, esa expresión, hicieron que el sirviente sintiera un escalofrío recorriendo su espalda. Sin poder evitarlo, tembló ligeramente.

A los ojos de los demás, la familia González siempre aparentaba ser armoniosa.

Pero, ¿quién podría imaginar que el actual líder de la familia González, Emilio, no era más que un bastardo que no merecía su posición?

En aquella despiadada lucha por el control de la familia González, Emilio, como hijo ilegítimo y bastardo, emergió de manera inesperada. Su ascenso fue brutal e implacable: no solo asesinó a su padre, sino también a su medio hermano.

Al final, pasando por encima su padre y su medio hermano, logró ocupar la posición de líder de la familia González.

En tan solo un año, Emilio consolidó todo el poder de la familia González con mano de hierro, llevándose cada faceta de la organización bajo su control.

Así se convirtió en el actual líder de la familia González.

¿Cómo podría la señora Leticia aceptar a un nieto tan despreciable, desleal y carente de toda virtud?

Simplemente, no tenía alternativa.

No le quedó más remedio que adoptar una apariencia amable y cariñosa, actuando como una abuela preocupada por el bienestar de Emilio. Con astucia y determinación, y empleando todos los métodos a su alcance, finalmente logró incapacitar las piernas de Emilio utilizando un veneno helado.

—Qué lástima... una verdadera lástima.

—Solo necesitaba ganar un año más. El veneno helado habría comenzado a extenderse desde sus piernas hasta sus pulmones y corazón. ¡Ese maldito bastardo habría muerto!

—Pero justo entonces... apareció una mocosa. Una niña insignificante, aunque con cierta habilidad, que sin mucho esfuerzo logró eliminar el veneno helado de ese pequeño bastardo. ¡Mi plan quedó arruinado!

Las cejas de la señora Leticia se fruncieron, y una oscura sombra cruzó su rostro mientras murmuraba con rabia. Sin embargo, pronto esbozó una sonrisa.

—Aun así, debería darle las gracias a esa mocosa.

—Esa brujería es en verdad algo complicado de entender, pero muy bien hecha. Cuando uno resulta herido, el otro sufre dos veces. Si uno muere, el otro muere de una forma aún más espantosa.

—Bastante bien pensado.

La señora Leticia estaba encantada.

Había demasiadas personas alrededor de Emilio: leales subordinados y hombres de confianza que aseguraban su protección de manera impenetrable. Ella no encontraba manera alguna de matarlo directamente.

Pero ahora, la situación era diferente.

Ya no necesitaba centrar su atención en Emilio. Solo tenía que enfocarse en su punto débil, en esa grieta en su armadura: Ángeles.

Si Ángeles moría, ¿no moriría Emilio también?

Ángeles le envió un mensaje rápido a Beatriz, informándole que ya había llegado a Luz de Luna y que estaba en camino a casa, pidiéndole que no se preocupara.

Después, Ángeles llamó a Vicente.

El tono de llamada sonó varias veces, pero nadie respondió.

Cuando Ángeles estaba a punto de colgar, una voz femenina y ligera se escuchó desde el otro lado del auricular, dulce y delicada.

—Bueno, ¿quién habla?

—Vicente estuvo despierto varias noches seguidas y acaba de quedarse dormido. No puede atender el celular por ahora.

—Si tienes algo que decir, puedo pasárselo yo.

La voz de la mujer al otro lado del celular estaba deliberadamente baja, como si temiera despertar a alguien cerca de ella.

La mano de Ángeles se apretó instintivamente, y por un momento su mente quedó en blanco.

Entonces respondió rápidamente: —No hace falta. No es nada importante.