Resumo de Capítulo 366 – Uma virada em El Regreso de la Heredera Coronada de Internet
Capítulo 366 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de El Regreso de la Heredera Coronada, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Segunda oportunidad, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Al principio, durante los primeros días, Belén seguía comportándose según lo esperado, pero poco a poco comenzó a volverse cada vez más atrevida, intentando de manera constante llamar la atención y asegurándose de no pasar desapercibida.
Si nadie lo mencionaba, todo estaba bien, pero una vez que alguien expuso su comportamiento de manera directa y descarada, la última esperanza que tenía de disimular su comportamiento se destruyó por completo.
Belén se sintió humillada hasta lo más profundo de su ser; apretó los dientes, pisoteó con fuerza y frustración y se dio la vuelta para marcharse enfadada.
En el estudio, Vicente estaba sentado en su silla de cuero, con el rostro muy tranquilo e indescriptible. Sus enormes y delicados dedos tamborileaban sobre el escritorio, lenta y de manera despreocupada, como si estuviera sumergido en sus pensamientos.
Frente a él había un extenso expediente de documentos.
Era la información más reciente que habían logrado reunir sobre la muerte de Juan y los resultados de la investigación tras el hundimiento del barco.
Todo apuntaba directamente a la antigua familia más rica de la Luz de Luna: la familia Castro.
Aquellos asesinos que asaltaron el barco llevaban máscaras, sin dejar rastro alguno de sus crímenes. Sin embargo, en un rincón aparentemente insignificante de la embarcación, encontraron un botón.
Un botón que el culpable había dejado caer por accidente.
A simple vista, el botón era de un material común y corriente, pero Vicente y su equipo dedicaron una gran parte de su tiempo y esfuerzo para lograr rastrear su lugar de origen.
Desde la fábrica donde fue producido hasta las cadenas de distribución, fueron desenterrando cada una de las piezas de información que fueron encontradas en el lugar, como si buscaran una aguja en un pajar. Finalmente, lograron descubrir una pista reciente.
Resulta que, hace aproximadamente un año, la familia Castro había reclutado en secreto a un grupo de subordinados: todos eran mercenarios veteranos, con un extenso prontuario militar en batalla.
Rafael los había escondido y entrenado en secreto, sin permitir que el mundo exterior supiera de la existencia de esta peligrosa fuerza bajo su mando.
Pero no hay nada oculto que tarde o temprano no se sepa: si alguien busca lo suficiente, siempre encuentra algo.
Los hombres que Vicente había enviado descubrieron que este grupo de mercenarios tenía uniformes y equipos avanzados con una tecnología sorpréndete, y las prendas llevaban exactamente el mismo tipo de botón que encontraron en el barco.
La coincidencia más intrigante y crucial era que, el día en que Juan perdió la vida, Rafael también se encontraba en el mar.
Se suponía que asistía a una fiesta en un barco, pero esa noche, Rafael abandonó el evento temprano, alegando que estaba borracho.
Y lo más importante: aquella fiesta se celebraba en una zona marítima que estaba muy cerca, a solo una hora de distancia del lugar donde ocurrió el incidente de Juan.
Si realmente fue Rafael quien planeó todo esto, entonces tenía tanto la oportunidad como los medios para hacerlo.
Aunque ahora la habían expulsado de la familia, y oficialmente había roto cualquier conexión posible con los Castro, Vicente sabía mejor que nadie que algunas relaciones no podían terminarse tan fácilmente.
Si él atacaba a la familia Castro, si se enfrentaba a Rafael, ¿qué pensaría Ángeles?
Tal como había sucedido hace algunos días en el almacén de hierbas medicinales, cuando Ángeles expresó lo que pensaba de él...
Ella podría pensar que su acercamiento tenía motivos ocultos, que cada paso que daba hacia ella era parte de una estrategia fría y premeditada.
El motivo por el que Vicente había dejado la Ciudad de Solerana apresuradamente y había venido a Luz de Luna era porque Ángeles había perdido cualquier tipo de contacto con él, y él temía que algo le hubiera ocurrido. Por eso abandonó todo en Ciudad Solerana y vino corriendo tan pronto como pudo.
Pero ahora... ella ya no le creería en lo absoluto.
Vicente cerró el expediente que tenía frente a él, con una expresión indiferente, lo arrojó al cajón antes de llamar a uno de sus subordinados. Con un tono de voz firme y decidida, dio una orden: —Bloqueen cualquier tipo de información. Este informe no debe salir a la luz en ninguna circunstancia.
—Señor Vicente...
El subordinado parecía estar muy sorprendido, incapaz de comprender por qué Vicente estaba tomando esa radical decisión. Instintivamente preguntó:—¿Y sobre los objetos que perdimos...?
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