El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 377

Antes de llegar al Centro Médico Sanar, Belén había pasado toda la noche investigando de manera minuciosa. Finalmente, logró desenmarañar la complicada red de relaciones en Luz de Luna.

Mientras tanto, su principal objetivo era la familia Castro.

Si quería vengar a Juan, necesitaba encontrar un punto débil, un lugar donde poder atacar. Lo más importante era crear conflictos, poner a la familia Castro en el ojo del huracán.

El primer plan que se le ocurrió en ese momento a Belén fue hacer que la familia Castro tropezara de nuevo con los mismos errores del pasado.

Los señores Castro, para proteger a su hija adoptiva, una miserable asesina, no dudaron en enfrentarse a la opinión pública. Estuvieron dispuestos a cortar importantes lazos con tal de mantener a salvo a esa hija amada adoptiva.

Incluso echaron de su hogar a su propia hija biológica.

¿Qué sucedería si esa situación se repitiera?

Si la familia Castro volvía a caer, ¿quién podría protegerlos después? ¿Cómo podrían evitar la quiebra?

Eso sería solo cuestión de tiempo.

Por eso, el primer nombre que vino a la mente de Belén fue precisamente el de la hija biológica de los Castro: Ángeles.

Cuanto más investigaba sobre ella, más interesante le parecía.

La verdadera hija de la familia Castro había abierto una clínica y, según decían, era conocida como Médico Divino, con una gran reputación en Luz de Luna.

Por supuesto, Belén sintió gran curiosidad, pero además tenía un objetivo en mente: colaborar con Ángeles. Con simple esa excusa, fingió buscar tratamiento para Lourdes y fue al Centro Médico Sanar para conocer en persona a la legendaria hija biológica de los Castro.

Pero lo que nunca imaginó fue que la otra persona ¡la rechazara! ¡La rechazó tajantemente!

¡Qué falta de respeto!

Belén se contuvo, levantó la barbilla y dijo con firmeza: —Entonces dile esto a la señorita Ángeles: puedo ayudarla a cumplir su anhelado deseo. Estaré aquí esperando. Dile que venga a verme.

El mensaje llevaba implícito otro significado: si no viene, será ella perdería.

—Eh...

El viejo médico, encargado de recibir a los pacientes, se sintió un poco desconcertado. No entendía cómo alguien que venía buscando tratamiento podía volverse tan altiva simplemente de un momento a otro.

Era difícil de descifrar.

Sin embargo, viendo que la mujer hablaba como si conociera muy bien a Ángeles, el médico optó por llamar de nuevo para transmitir el mensaje tal cual.

Sobre todo, por ese aire tan único que tenía Ángeles: frío, distante, despreocupado, como si hubiera salido de una pintura, siempre envuelta en una tenue capa de misterio.

Atractiva, enigmática y elegante.

Parecía que nada ni nadie podía llamar su atención ni llegar a su corazón.

Belén apretó con fuerza las manos, observando a Ángeles con una mirada completamente seria.

Había algo oscuro en Ángeles que emanaba una presencia única, imposible de dominar.

Y mientras más inalcanzable parecía, más atracción ejercía sobre ella.

Era ese tipo de mujer que hacía que los hombres quisieran conquistarla y que las mujeres solo pudieran sentir una gran envidia.

Y Belén sentía una profunda envidia.

Incluso llegó a pensar en esa mujer sin nombre que había llamado recientemente a Vicente. ¡Ojalá no fuera alguien como Ángeles! Porque, si lo era, los celos la volverían completamente loca.

Ángeles no le prestaba atención a las miradas escrutadoras de los demás; estaba tan acostumbrada a ellas que ni siquiera las notaba