El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 404

Rafael ya había dejado de luchar, permitiendo de esta manera que el interior de la empresa se desmoronara y ya no corría de un lado para otro como antes, porque estar ocupado ya no tenía sentido alguno.

Antes de esto, Paula todavía mantenía un poco de esperanza, pensando que, por grande que fuera la opinión pública, siempre llegaría el día en que se calmaría todo.

Para la familia Castro, esto era solo una de muchas tormentas, nada sorprendente, ¡nunca llegarían al punto de la bancarrota y el vagabundeo!

Pero ahora, simplemente ese sentimiento irreal, como si estuviera pisando algodón, pronto tocaría tierra.

Paula, agarró la mano de Rafael preguntó llorando, —papá, ¿nuestra familia realmente va a quebrar? ¡Piensa en algo, por favor piensa!

En el rostro de Rafael solo quedó una sonrisa amarga, —Paula, hay muchas cosas que aún no te he dicho, los asuntos de los negocios no son tan simples como tú piensas.

La culpa fue la última ola de opinión pública que había sido tan grande que sacó a la familia Castro de la posición de los más ricos, reduciendo de forma vertiginosa sus activos y evaporando su valor de mercado, y causando una gran inestabilidad interna.

Era como un edificio que, aunque pareciera intacto desde el exterior, su estructura interna era en serio inestable y estaba al borde del colapso.

En ese preciso momento, solo hacía falta un par de manos invisibles y poderosas para empujar ligeramente, y el edificio se derrumbaría.

Paula no lo creía y dijo apresurada, —papá, busquemos al señor Julián, ¡él y tú tienen una buena relación, y él todavía me da regalos cada año, pídele ayuda!

Rafael suspiró, inicialmente queriendo preservar su última inocencia.

Pero en esta crítica situación, tenía que revelarle las crueles realidades una por una.

—Paula, quien más vorazmente ha devorado nuestra familia Castro por detrás, es el señor Julián.

—No solo él, sino también esas personas que conociste antes, también nos han estado empujando por detrás, han estado codiciando mi industria por mucho tiempo, y ahora que la oportunidad ha llegado, ¿quién la dejaría pasar?

Si no lo quieres tú, siempre habrá alguien más que lo quiera, y si ellos pueden, ¿por qué yo no?

Si hoy no fuera la familia Castro la que estuviera en esta terrible desgracia, Rafael también tomaría la decisión de devorar las industrias de otros.

Esa era la realidad.

Nancy forzó una sonrisa y dijo, —vamos, no hables tan pesimistamente, ¿quién sabe lo que pueda pasar después? ¿Y si todavía hay una vuelta de hoja en esta situación?

Paula contestó, —¡Sí! La muerte de Marisela no tuvo nada que ver con nuestra familia. Una vez que se haya aclarado este asunto, ¿no estaremos libres de culpa?