El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 448

—¿Oh? Cuéntame, ¿quién es?

Paula hizo una mueca despectiva. Esta familia no era más que unos estúpidos insectos de lo más bajo, ¿cómo podrían conocer a alguien importante?

Lorena se enderezó orgullosa, presumiendo: —¡La señora de la familia Ruiz de Ciudad Solerana, es mi prima!

¿La familia Ruiz de Solerana?

Si hubiera sido cualquier otra familia, Paula seguro no la habría conocido, pero cuando se trata de la familia Ruiz de Solerana, ¡hasta aquellos que nunca se interesaron por saber parecían reconocer el nombre!

¡Esto era impresionante, eran una familia muy famosa y poderosa!

Se dice que la familia Ruiz tenía un estatus especial en Solerana, ¡con dinero y poder!

Paula nunca habría imaginado que Lorena pudiera tener una relación familiar con la esposa de una familia tan prestigiosa como esa.

—¿En serio o quizás estás bromeando? No me estarán engañando, ¿verdad?

No solo Paula no se lo creía, incluso Lorena estaba asombrada por tal golpe de suerte.

Dos días antes, Lorena y Braulio, como era de costumbre, estaban estafando a una que otra persona en la calle, cuando de repente dos autos los bloquearon, uno delante y otro detrás.

Se asustaron demasiado, pensando que se habían metido en problemas, pero resultaron ser invitados a subir a uno de los autos, y entonces conocieron de esta manera a la mujer que decía ser su prima, ¡la flamante señora de la familia Ruiz!

Lorena la reconoció y lo pensó bien, finalmente recordó a esta prima lejana, que era, a lo sumo, una pariente distante a varias generaciones.

Lorena, ¿cómo podría no reconocer tal conexión? De repente la llamó calurosamente prima.

Su prima, siendo la flamante esposa de la familia Ruiz, era de hecho muy generosa y les dio dinero en el acto, diciéndoles que fueran a buscar a Paula porque quería reconocerla como familia.

Así que Braulio y Lorena fueron a buscarla.

Paula gruñó con desprecio: —Aun así, ¿qué tenía que ver eso conmigo?

¡Ella no quería saludar!

Paula quería cerrar la puerta de golpe, pero, considerando la imponente posición de la familia Ruiz de Solerana, no se atrevió a ofenderlos, así que se quedó de pie sin decir una sola palabra.

Fue la señora Lila quien habló primero, con un tono y una expresión que destilaban arrogancia, indiferencia y un desprecio elevado.

—Ya que conoces mi posición, iré directo al grano.

—El mapa que tienes, lo quiero. Puedes elegir reconocerme como tu tía, y dentro de mis capacidades, te proporcionaré todo lo que desees, así como la protección que mereces.

—Por supuesto, también puedes rechazar mi oferta, pero no te conviene...

—Si decides rechazarla, primero considera si puedes soportar las nefastas consecuencias.

La señora Lila dijo esto con una calma impresionante, su expresión no cambió en lo más mínimo, incluso su amenaza sonó casual, una muestra de la soberbia innata de los poderosos.