El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 449

Paula ya estaba atónita al escuchar las primeras dos frases, y sin pensar dos veces dijo: —¿Cómo sabes que el mapa está conmigo...?

Tan pronto como terminó de hablar, se arrepintió.

¡Qué error, había sido engañada!

Efectivamente, al ver cómo la señora Lila con altivez levantó una ceja, con una expresión bastante complacida, dijo: —Ahora lo sabes.

...

Paula se palideció, pero su mente giró rápidamente.

La familia Castro en realidad ya no era relevante, comparada con un mapa inútil que sostenía en la mano; la red de contactos de la familia Ruiz de Solerana era algo más valioso.

Después de todo, si la familia Ruiz realmente podía descifrar los astros en el mapa, todavía había una oportunidad para salvarse.

¡Quién se quedaría con el tesoro legendario aún estaba por verse!

Con esto en mente, Paula, siempre ágil y adaptable, de inmediato puso una linda sonrisa en su rostro, pareciendo una joven obediente y encantadora, y con dulzura dijo:

—Si la tía Lila lo dice así es, ¿cómo me atrevería a no aceptar?, aquí está el mapa, para ti, tía Lila.

Paula sacó el mapa del bolsillo de su ropa, lo entregó con ambas manos, con su actitud obediente aumentó la admiración de la señora Lila: —Eres una mujer muy sensata.

—Espero que tú tía Lila me proteja en el futuro.

—Eso es seguro, nunca trato mal a los más jóvenes.

La señora Lila tomó enseguida el mapa, pero sin mirarlo lo entregó a su guardaespaldas, no se sabe si confiaba en Paula o estaba segura de que ella no se atrevería a jugar sucio.

—Entrégaselo a Emiliano.

—A la orden señora.

Cuando la señora Lila dio la orden, el guardaespaldas procedió al instante, llevando el mapa consigo.

Paula realmente se preocupaba demasiado de que el mapa pudiera ser intercambiado en el camino, lo que sería algo irónico, igual que Rafael y Nancy no podían explicar a dónde fue el verdadero mapa, ella tampoco podría explicar dónde estaba.

Para su gran fortuna, la preocupación de Paula no se materializó.

No es de extrañar que supiera dónde estaba el mapa.

Paula solo podía estar agradecida de que, por suerte, había sido inteligente y había entregado el mapa a tiempo, porque si realmente hubiera comenzado una terrible disputa, la familia Ruiz no la habría protegido.

Así, Paula se fue con la señora Lila.

Braulio y Lorena, que no habían tenido oportunidad de hablar hasta entonces, por fin reaccionaron y apuraron el paso para alcanzarla, adulándola: —Lila, ¿y nosotros qué? ¿En qué auto nos sentamos?

...

La señora Lila, guardó silencio por un momento antes de responder: —¿No les di una suma de dinero ya? Qué más quieren. Eso es por su esfuerzo, ¿qué, también quieren venir conmigo a Solerana?

—¿No, no podemos?— preguntó Braulio, con cautela.

...

La señora Lila replicó: —¿Qué crees?

Paula soltó una carcajada y sin cortesía alguna dijo: —Hagan lo que deben hacer, ¿aún no tienen una clara conciencia de sí mismos?