El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 571

Lourdes respondió con frialdad: —¡Fuera!

El subordinado que estaba cerca de inmediato se acercó, y Aureliano fue expulsado de la sala.

Una vez que fue echado como perro, el ambiente volvió a quedar en completo silencio.

Justo en ese preciso momento, Belén se acercó, y al ver a alguien siendo arrastrado hacia fuera, sus ojos brillaron fugazmente, luego empujó con fuerza la puerta de la habitación de Lourdes.

—Lourdes, ¿quién era esa persona? Parecía que lo echaron, ¿qué venía a hacer aquí?

Desde que regresó de la selva, Belén parecía haber cambiado por completo. Ya no la llamaba "amiga o hermanita" como antes. Su actitud seguía siendo tan cercana como siempre, pero había una leve sensación de distanciamiento que Lourdes en realidad no podía describir.

Lourdes, sin pensar demasiado, respondió: —Nada, una persona que quería aprovecharse y tomar el camino corto. Pero ya lo eché.

—Oh...—Belén no indagó más al respecto. Siempre había confiado en Lourdes y sabía que no le mentiría.

Entonces, se sintió aliviada.

—Lourdes, descansa temprano. Yo me voy, mañana vuelvo a ver al niño.

Cuando Belén se dio la vuelta enseguida para irse, de repente escuchó a Lourdes decir: —Belén, desde que regresaste de la selva, parece que estás siempre de buen humor.

Belén se tensó ligeramente, sintiendo un instante de incomodidad, pero como Lourdes no podía verla, esbozó una pequeña sonrisa y le respondió: —Últimamente me he encontrado de maravilla, ¿es porque tú finalmente tuviste al niño sano y salvo?

—Lourdes, ¿por qué preguntas eso de repente?

—Nada, me hace más feliz verte contenta. —Lourdes sonrió y bromeó. —¿Belén, no será que estás saliendo con alguien?

Había pasado un tiempo desde su regreso de la selva, y Lourdes claramente notaba que Belén la visitaba cada vez menos. Casi todos los días salía sin decir a dónde iba, pero siempre regresaba con muy buen ánimo.

Además, seguía destruyendo otros sistemas nerviosos, llevándolo a caer en un coma profundo.

Cada vez que pensaba en todo esto, Lourdes sentía una gran culpa y dolor. Si no hubiera sido por su insistencia, presionando una y otra vez a Vicente para que tomara una decisión entre ella y Ángeles, él no habría tenido que autolesionarse para proteger a Ángeles.

Especialmente esa frase, que aún la hacía sufrir demasiado:

[Me has dado tus ojos, lo recuerdo muy bien. Ahora los devuelvo, ¿te parece?]

Lourdes solo sentía un dolor punzante en el corazón.

Ellos eran hermanos de sangre; después de que sus padres murieron y desaparecieron, eran la relación más cercana que quedaba entre ellos. ¿Cómo habían llegado a este punto tan crucial?

Ahora que Vicente había caído en este estado, Lourdes, aunque había hecho que se sellara la información, no pudo evitar que los rumores se filtraran...