El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 610

Ella levantó el celular que reposaba al lado de la cama, una línea interna exclusiva de la familia Pérez, diseñada especialmente para situaciones en las que no podía ver pero necesitaba localizar a alguien con urgencia.

Con gran habilidad, Lourdes marcó el número y, al poco tiempo, escuchó la voz del interlocutor en el auricular.

—¿Hola, señora Lourdes?

—Necesito que investigues a dos personas, a Juan y a Belén.

La voz de Lourdes era tranquila, pero se percibía un velado tono de ironía: —¡Quiero saber todo sobre ellos!

Debido a que Juan había simulado su muerte , las explicaciones que había dado sobre ser arrastrado por una tormenta y rescatado por un barco extranjero tal vez eran ficticias.

Las personas pueden ser contradictorias; cuando aman a alguien, tienden a creer todo lo que esta persona dice.

Aunque tengan ciertas dudas, se engañan a sí mismos para defender a la otra persona.

Sin embargo, cuando el amor se extingue, todo en esa persona parece desagradarles.

Esta era la primera vez que Lourdes hacía una solicitud de esta naturaleza, ¡ordenar que se investigara a Juan y a Belén en absoluto secreto!

Toda la familia Pérez sabía muy bien que Lourdes amaba profundamente a este hombre y trataba a su hermana como si fuera su propia hermana.

Al recibir la petición de investigarlos, el subordinado al otro lado se quedó asombrado por un instante, pero enseguida respondió. —¡A sus órdenes, señora Lourdes!

El tiempo transcurría segundo a segundo.

Lourdes no mostraba signo alguno de impaciencia, simplemente contemplaba con amor el rostro del pequeño en la cuna, ya sumergido en un profundo sueño.

Era reconfortante ver que el niño se parecía tanto a ella.

Tenía las cejas y los ojos tan característicos de la familia Pérez.

Recordando lo que la criada había mencionado sobre alguien que había arañado el pecho del niño con una uña, Lourdes levantó la camiseta del niño para investigar y, en efectivamente, observó con tristeza la marca.

Aunque el rasguño no era profundo y ya había sido tratado con medicamento, la piel delicada del bebé hacía que la marca fuera muy visible.

Investigar a Juan y a Belén no había sido nada difícil, debido a que ambos habían pasado varios años en un orfanato donde existían registros y archivos accesibles.

Durante los momentos en que se amaban, Juan también había mencionado este período de su vida, y en aquel entonces ella solo sentía una profunda lástima por él.

Pero lo que él contaba era solo una parte de la historia; lo que ella había descubierto era algo diferente.

Resulta que ¡Juan y Belén no eran hermanos!

¡Nunca habían tenido ningún lazo de sangre!

Los resultados de la investigación revelaban que cuando Juan escapó del orfanato a los diecisiete años, se llevó a Belén con él y después deambularon juntos durante años, dependiendo el uno del otro para sobrevivir.

Hasta que por una coincidencia, Juan entró en la casa de los Pérez, fue contratado como guardaespaldas y más tarde, se convirtió en su esposo.

Al revisar atenta esta información, Lourdes solo podía sentirse mareada.