El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 65

La persona que llegó era el tío de Oscar, Marco.

Enfrentándose a este tío, que solo era siete años mayor que él, Oscar mostraba una expresión complicada. Precisamente porque la diferencia de edad entre ellos no era grande, a menudo se los comparaba.

Comparaciones de habilidades, de educación, de todo.

Lo que más había escuchado Oscar en estos años era: ¿Crees que podrías haber sido el heredero de la familia Aguilar si tu tío no hubiera renunciado a gestionar el negocio familiar?

Por eso, Oscar siempre disfrutaba enfrentarse a este tío.

Oscar respiró profundamente y con sarcasmo dijo: —Tío, estoy disciplinando a mi prometida, ¿qué tiene que ver contigo?

Marco lo ignoró y, en cambio, miró a Ángeles, preguntando: —¿Quieres que le pegue?

Ángeles se quedó ligeramente sorprendida; en su vida anterior también había escuchado esta frase.

En aquel entonces, Oscar estaba furioso por Paula, desahogando toda su ira sobre ella, destrozando cosas por doquier y finalmente levantando la mano contra ella.

En aquel momento, también fue este tío quien bloqueó el puño de Oscar y, girando el rostro, le preguntó: —¿Quieres que le pegue?

El mismo tono, la misma sonrisa.

Ángeles salió de sus recuerdos y respondió: —Mejor suéltalo, si no, no puedo actuar libremente.

¿No puede actuar libremente en qué?

Aunque confundido, Marco soltó la mano.

Ángeles lanzó un puñetazo, golpeando precisamente en la cara izquierda de Oscar.

Ese golpe fue la respuesta a sus palabras... ¿Mi enseñanza a mi prometida te concierne?

Esa actitud despectiva y arrogante merecía un golpe.

Oscar sintió el dolor, su cara se torció hacia un lado, y cuando volvió la cabeza con fuego en los ojos hacia Ángeles, su boca aún tenía un hilo de sangre.

Todo un experto capaz de enfrentarse a diez a la vez.

Ángeles recogió sus cosas, incluyendo el cheque arrugado que había recuperado de Paula.

Luego, caminó directamente hacia la villa Casa Aguilar.

Marco le indicó a Ángeles una dirección: —¿Buscas a mi hermano Pedro? No está en la villa, está en el patio trasero, sigue derecho y lo verás.

—Gracias. —Ángeles dio unos pasos y luego preguntó: —¿Por qué me ayudas?

Marco suspiró y con una elevación de ceja respondió: —Quizás porque, yo soy la única persona normal en la familia Aguilar.

Pedro es terco, obstinado, autoritario, y no escucha los consejos de los demás.

En cambio, Óscar parece un caballero gentil y distinguido a los ojos de los demás, siempre cortés y amable. Pero en realidad, es arrogante, presumido y despectivo hacia los demás.