El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 653

Casi como si fuera un tono de promesa.

Ángeles se quedó perpleja por un momento, como si hubiera escuchado cosas que no estaban allí, especialmente cuando Emilio dejó de sonreír. Sus ojos castaños irradiaban una profunda seriedad.

Pero afortunadamente, al siguiente instante volvió a sonreír. La comisura de sus labios se curvó en un arco risueño, como si aquella promesa casual anterior fuera solo una broma. Emilio recuperó su máscara de habitual imprevisibilidad.

Ángeles, en cambio, sintió alivio.

¿No estaría volviéndose loco? Menos mal.

Apoyada en Bárbara, se sentó en el auto sin dirigirle a Emilio ni una mirada ni un ápice de atención.

Era su manera de marcar límites.

No se conocían bien desde el principio, y además, había resentimiento entre ellos.

Ser extraños era lo mejor que podían ser.

Pronto, las luces traseras del carro desaparecieron al final del camino de montaña. Desde el resplandor intenso de los faros al inicio, hasta convertirse en una luz tenue, y luego desaparecer por completo.

Después de un rato, Emilio apartó la mirada.

Sus hombres que habían salido en busca del hombre de negro comenzaron a regresar uno tras otro, con la cabeza cabizbaja, informando en voz baja: —Señor Emilio, no encontramos al hombre de negro en los alrededores, hemos buscado por todas partes y no hay ninguna otra pista.

Emilio, extrañamente, no se enojó, simplemente respondió con un suave —Mmm—, luego ordenó: —Investiguen qué hay acerca de la larva venenosa en Ángeles...

Antes de terminar la oración, se detuvo.

Era obvio que ni siquiera la misma Ángeles sabía la respuesta a esa pregunta, y sus hombres cercanos seguramente no podrían averiguarlo.

Pero ya estaba.

Al principio, Filiberto escuchó confundido, hasta que mencionaron la —larva venenosa—, momento en el cual sus ojos brillaron.

Parece que finalmente había regresado a su campo de especialización, se enderezó la espalda y su confianza creció. En comparación con la vez anterior, cuando había estado temeroso al tratar de curar las piernas de Emilio sin éxito, ahora Filiberto brillaba con una energía renovada.

—Según lo que sé, la única que puede controlar de esta manera es la larva venenosa que devora el corazón.

—La larva venenosa que devora el corazón es rara, y generalmente, una persona puede pasar años sin conseguir cultivarla. Pero si se consigue, es muy cara.

—Esta larva venenosa libera un veneno neurotóxico que, cuando se activa, paraliza los nervios y el cerebro de la persona. En otras palabras, hace que la persona pierda la conciencia y el cuerpo actúe según las órdenes que recibe del huésped.

Cada palabra que Filiberto decía oscurecía un poco más la expresión de Emilio, pero su ira no estaba dirigida a Filiberto.

¿Qué tipo de persona usaría un método tan cruel contra una joven?

Emilio, que rara vez interrumpía a Filiberto, dejó que terminara de hablar antes de preguntar: —¿Cómo se soluciona?