El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 685

—¿No podrías haber dicho eso desde el principio, en lugar de andar con rodeos y pretensiones, malgastando nuestro tiempo?

Ángeles no podía ver a Emiliano con buenos ojos desde ningún ángulo. Sumado a los numerosos eventos del día, uno tras otro, su mal humor había alcanzado su punto máximo, permitiéndose así criticarlo sin reservas.

Todos los presentes tenían buen oído y agilidad, por lo que captaron claramente el insulto que Ángeles añadió bajo su respiración después de su comentario: —Imbécil.

El llamado "imbécil", Emiliano, no se enfadó. Parecía más bien resignado, manteniendo intacta su sonrisa habitual y una actitud de indulgencia apenas perceptible.

Como ya había sido insultado, esta vez evitó las evasivas y fue directo al grano: —Ángeles, eres inteligente. Durante este tiempo debes haber notado que te implantaron una larva venenosa. Cuando esta larva se active, perderás el control de tu mente y te convertirás en un instrumento bajo mi dominio. Sin embargo...

Hizo una pausa, dirigiendo una mirada significativa hacia Emilio, que yacía inconsciente, antes de continuar: —Lo que no anticipé fue que alguien estaría dispuesto a sacrificarse por ti de esta manera.

—Ve al grano —interrumpió Ángeles con impaciencia.

—Muy bien. La cuestión es: ¿quieres eliminar la larva venenosa que devora el corazón de tu cuerpo? ¿Quieres salvarlo a él? —Emiliano señaló a Emilio con un gesto.

—¿Y las condiciones? —preguntó Ángeles.

—Sencillas. Necesito que me acompañes a un lugar. Durante el proceso garantizaremos tu seguridad absoluta. En otras palabras, solo necesitas presentarte; no tendrás que hacer nada más. ¿Ves? Es bastante simple.

Emiliano sonrió, dejando traslucir un aire de superioridad, como si estuviera concediendo un favor.

—A cambio, pondremos a la larva venenosa que devora el corazón en estado de letargo. Una vez que lleguemos al destino, te la extraeremos. De ese modo, nunca más sufrirás sus efectos o daños.

Sonaba razonable en apariencia.

Emiliano había lanzado el cebo, convencido de que su oferta era demasiado buena para rechazarla. Nadie podría permanecer indiferente sabiendo que albergaba en su cuerpo una larva capaz de controlarlo en cualquier momento.

¡Sin duda alguna agotarían todos los medios para eliminar esta amenaza interminable!

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