El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 705

Encantadoramente adorable.

Vicente arqueó una ceja y preguntó, —¿Qué cara es esa? Somos esposos, así que, por supuesto, debemos juntos devolverle el favor a Emilio.

Es mejor saldar la deuda, así nadie le debe nada a nadie y punto.

Vicente pronunció la palabra 'esposos' con un énfasis especial y orgulloso; el subtexto era evidente.

La intimidad y la distancia estaban claramente delimitadas.

Ángeles entendió con claridad lo que él quería decir; también sabía que su posesividad era aterradora, pero no replicó, solo sonrió con agrado. Era raro que Vicente pudiera dejar a un lado su rencor hacia Emilio y expresar algo como esto, con un fuerte sentimiento de celos, qué terrible.

Ángeles sonrió durante un largo rato, luego se puso de puntillas y besó con ternura los labios de Vicente, con los ojos sonrientes, —Está bien, entonces devolvamos ese favor juntos.

Vicente emitió un sonido de aceptación y luego añadió, —cuando regresemos, nos casaremos.

—De acuerdo.

—También tenemos que registrar el matrimonio.

—De acuerdo así será.

Ángeles respondió sonriendo.

Ella aceptó con facilidad que sorprendió un poco a Vicente.

Entonces, Vicente se acercó más al oído de Ángeles, bajó la voz y planteó otra condición. Pensó que Ángeles se enojaría, o incluso le golpearía de nuevo, pero Ángeles solo curvó con dulzura sus labios, levantó sus manos a los hombros de él, y también le respondió, —de acuerdo.

Esa palabra de acuerdo fue suficiente para volver loco a Vicente.

Una noche profunda de locura, sin fin ni descanso.

La expresión de Emilio se ensombreció al instante.

Bárbara también se quedó estupefacta, pero apresurada se recuperó y bromeó, —¿Desde cuándo está aquí Vicente? Me preguntaba por qué no había respuesta después de tocar por un largo rato la puerta; resulta que yo estaba interrumpiendo, lo siento mucho.

Vicente estaba evidentemente de buen humor, no solo le dijo a Bárbara que no importaba, sino que también por primera vez le dijo a un serio Emilio, —Vámonos.

Los subordinados de Emilio se miraron asombrados unos a otros, preparándose incluso para una posible confrontación, temiendo que Vicente, en desacuerdo, pudiera empezar una batalla campal; ellos recordaban bien que en las Montañas Shadowsonic, ¡Vicente casi había matado a Emilio!

Pero ahora, al parecer nadie había hecho un movimiento violento.

Justo cuando los subordinados de la familia González creían que podían respirar tranquilos, pronto se dieron cuenta de que las miradas entre ellos eran como un duelo de espadas, una masacre sangrienta.

Vicente curvó su boca, fue el primero en apartar la mirada y luego, de forma natural, pasó su brazo sobre los hombros de Ángeles y caminó hacia fuera.

Todos observaron atónitos, que en la mano de Ángeles brillaba un anillo, deslumbrante y radiante.