El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 96

¡Quién lo hubiera imaginado, este insensato se envenenó a sí mismo!

Paula ya estaba perturbada por aquel comentario de Ángeles, y al observar la actitud de Valeria, no pudo evitar descargar su furia: —¿No decías siempre que Lucía era tu sirvienta más obediente? ¡Mira ahora, se ha rebelado contra ti!

—¿Y tú tienes cara para hablar? Si no hubieras insistido en que le diéramos una lección y que yo fuera al sanatorio a provocar a Mónica, ¿Mónica se habría suicidado? —Valeria rodó los ojos y se burló: —¡Si no fuera por tu pésima idea, nunca habríamos llegado a este extremo!

—Te pedí que provocaras a Mónica con la intención de que Lucía se sometiera más, ¿no te das cuenta de que ya estaba comenzando a rebelarse? Pero nunca te dije que la llevaras hasta la muerte.

Paula no se quedaba atrás en sarcasmo y enfrentaba cada acusación sin ceder.

Las que antes fueron compañeras de estrecha colaboración ahora se acusaban y reprochaban mutuamente en este momento.

Valeria estaba tan enfadada que le dolía la cabeza, aunque no tenía manera de haberlo previsto.

Ella pensaba que, con esos vídeos, era como si tuviera a Lucía por el cuello, ¡ninguna mujer querría ser expuesta de esa manera!

Pero ¿quién podría haberlo sabido? Lucía estaba decidida a arrastrarlas al abismo con ella.

Además, tras su muerte, esos vídeos ya no tendrían valor alguno.

Paula, con el rostro sombrío, dijo: —Eso no es lo más importante ahora, lo crucial es saber qué pruebas tiene realmente Ángeles. Piensa rápido, en tus interacciones con Lucía, especialmente en lo que dijiste, ¿podría haberlo grabado o registrado con algún dispositivo?

—¡Imposible! —Afirmó Valeria rotundamente. —¡Ella no tiene el valor! Además, nunca le permito usar su teléfono.

—Entonces está bien. —Paula suspiró aliviada en secreto.

Si es así, probablemente lo que Ángeles afirma tener como pruebas es solo para confundirlas.

Solo si se mantienen calmadas y estables, la muerte de Lucía se podrá considerar un accidente.

Paula, algo insegura, le dio varias indicaciones a Valeria, y tras asegurarse de que ninguna de las dos tenía sospechas sobre sí misma, finalmente se tranquilizaron.

Al relajarse, el dolor de cabeza comenzó de nuevo.