El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 95

Acusadas de asesinas, Valeria, desde luego, no lo admitiría y estalló en cólera: —¿A quién estás acusando, mujer? Lucía murió en tus brazos, ¡tú eres la más sospechosa! ¿Y ahora te atreves a acusar a otros?

Paula también mostró su desesperación: —Hermana, entre Lucía y yo no existía ningún rencor, ¿por qué habría de querer hacerle daño? Aunque no te agrade, no deberías hacerme tales acusaciones.

Parecía que Ángeles no podía soportarla y por eso le atribuía intencionadamente el crimen.

Cabe destacar que, en lo referente a confundir la situación y jugar a la inocencia, ¡Paula tiene un talento innato!

Ángeles decidió no entrar en un debate verbal. Miró hacia Lucía, que yacía en la cama, y todas las palabras que Lucía había pronunciado antes de morir resonaban en su mente:

[Tía, qué día tan hermoso es hoy.]

[El día que te conocí fue mi cumpleaños, le rogué al cielo que me salvara. En ese momento, apareciste tú.]

[Te traicioné una vez, no habrá una segunda, lo prometo.]

[Gracias por haber iluminado mi vida en algún momento, lamento no haber sido lo suficientemente fuerte...]

Ángeles cerró los ojos brevemente y luego miró a Gonzalo, diciendo: —Abuelo, reúne a todos, demostraré ante todos los presentes los crímenes de estas dos asesinas.

En circunstancias normales, Gonzalo no estaría de acuerdo, ya que convocar a tantas personas para revelar públicamente los escándalos familiares no era habitual.

Pero esto concernía a una vida humana.

Y además, la muerte de Lucía fue causada por su propio veneno.

Quien robó ese veneno tenía malas intenciones, ¡y era necesario descubrirlo!

Gonzalo respiró hondo, y en unos pocos momentos, tomó una decisión.

Al escuchar esto, Paula y Valeria intercambiaron miradas, ambas con un vislumbre de sorpresa y pánico en sus ojos. ¿Ángeles tenía pruebas y planeaba revelarlas públicamente?

¿Era verdad o solo un farol?

¿Podría ser... expulsada de Casa Castro?

Valeria también estaba muy nerviosa.

De cualquier manera, aunque Lucía fuera una hija ilegítima y aunque no fuera muy valorada en Casa Vargas, al menos era de la sangre de la familia Vargas. Bajo las instrucciones de Gonzalo, se erigió rápidamente un velatorio.

Mientras los demás estaban ocupados, Paula le dijo a Valeria en voz baja: —¿No dijiste que no habría problemas? ¿Cómo es que las cosas se han puesto así?

—¿Me preguntas a mí? ¿A quién le pregunto yo?

Valeria se sentía cada vez más furiosa, en su plan nunca había considerado que Lucía pudiera resistirse. No solo tenía todas las fotos y videos de Lucía siendo humillada, sino que también tenía a la madre de Lucía, Mónica, confinada en el sanatorio.

Con estas dos cosas en su poder, aunque le pidiera a Lucía que muriera, ¡Lucía no se atrevería a resistirse!

Además, lo único que ella quería era que Lucía envenenara a Ángeles.