El Regreso Del Yerno Misterioso romance Capítulo 52

—Mateo Lara, ¿no dijiste que estabas a mano con el señor Navarro? -Sasha frunció y preguntó- ¿Qué más me escondes?

—No sabía que la tarjeta tenía tanto poder. Pensé que solo era una tarjeta de membresía regular -Al hablar, Mateo se la entregó a Sasha—. Es tuya ahora.

Sasha se quedó admirándola por un rato, pero al final, se la regresó y le dijo:

—¡Guárdala bien y no dejes que mis padres la vean porque si no la daremos por perdida!

En ese momento, Mateo sintió un calor amoroso, gracias a que Sasha le estaba demostrando cariño. En ese instante, el señor Morales les llevó el menú.

-Señor Lara y señorita Coronel, acabo de invitar al chef para que venga. Si necesitan algo más, me lo hacen saber, por favor.

Sasha tomó el menú, lo leyó y sus ojos se expandieron del impacto.

-¡Es muy caro!

El platillo más barato costaba $1,000. De hecho, Sasha ya había cenado aquí varias veces antes y sabía que no era barato, pero tampoco era tan costoso. El señor Morales sonrió y explicó:

—Señorita Coronel, este menú es especial para los miembros arriba del nivel de la tarjeta diamante. Es una lista de platillos culinarios diferentes a los que se les ofrece a los socios regulares. Son los mejores platillos del chef, quien ha participado en la competencia del Dios de la Gastronomía y logró estar entre los primeros diez lugares; ¡tienen mucho valor!

Sasha quedó atónita. Si ordenaban de acuerdo con los precios del menú, la cuenta iba a costar decenas de millones.

-Señor Morales, ¿por qué...mejor no nos da el menú regular? Solo somos nosotros dos y no hay necesidad de serían extravagante -dijo Sasha con pena. Al escuchar esto, el señor Morales sonrió y explicó: -Señorita Coronel, quizás no esté enterada, pero un miembro con tarjeta VIP no necesita pagar por nada en Noches en Shanghai.

Los ojos de Sasha se expandieron.

«¿Podemos comer en un restaurante de lujo como Noches en Shanghai gratis? Si ocho personas llegaran y ordenaran los platillos con un costo de más de cientos de miles, el restaurante puede perder dinero, ¿no?»

Con una sonrisa en su rostro, el señor Morales añadió:

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