Resumo do capítulo Capítulo 73 do livro El Secreto de Mi Prometido de Internet
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 73 , um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance El Secreto de Mi Prometido. Com a escrita envolvente de Internet, esta obra-prima do gênero Multimillonario continua a emocionar e surpreender a cada página.
Luisa recién se dio cuenta de lo simplificado que había imaginado el mundo laboral.
Pensaba que con una simple comida bastaría para estrechar los lazos y mantener buenas relaciones con sus compañeros, pero parece que su idea era demasiado ingenua y estúpida.
Este lugar en realidad era un nido de buitres.
En ese momento, comprendió que aquí solo importaba el poder y las conexiones; nadie se fijaba en si eras una buena persona o en la forma como tratabas a los demás.
A veces, el ser demasiado amable y fácil de llevar solo te hace vulnerable a todo tipo de abusos.
Luisa observaba estupefacta las capturas de pantalla en su computadora, apretando los dientes en silencio.
Luisa respondió: [Lucía, gracias por contarme esto, ¿me podrías hacer un favor?]
Lucía respondió respetuosa: [Claro, abogada Luisa, mi vida te la debo, si necesitas ayuda, no dudes en pedírmela.]
Luisa escribió: [La próxima vez que hablen de mí, ¿puedes grabarlo?]
Lucía respondió: [Vale con gusto.]
Luisa respiró hondo y se tranquilizó un poco antes de llamar a Miguel.
—Hola, papá, ¿la empresa necesita un asesor legal?
Colgó, se levantó y fue a la sala de impresión para sacar varias copias de contratos, luego se dirigió directo a la empresa.
Al llegar, se dirigió enseguida a la oficina del presidente.
Miguel acababa de terminar una reunión y sabía que ella venía, por lo que ya la estaba esperando en su oficina.
Luisa dejó los contratos sobre la mesa.—Papá, echa un vistazo a los contratos, si todo está en orden, firma ¿Por favor?
Miguel se rio.—Bobita, contrataría personal especializado para apoyarte.
Luisa siguió rechazando la oferta.—No hace falta, ya lo pensaré si algún día me canso de ser abogada.
Miguel suspiró resignado.—Bueno haya tú...
Firmó el contrato de asesoría legal por cinco años y de inmediato llamó al departamento de finanzas para transferir veinte mil dólares a la cuenta del bufete.
Luisa sonrió agradecida.—¿Hay algún conflicto reciente en la empresa?
Miguel marcó la línea interna para llamar a su subordinado.
—Que la asistente te lo diga, la verdad yo no suelo ocuparme de estos asuntos.
—Entendido, gracias.
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