~Scarlett~
Él no quería que encontrara a mi verdadera familia. Claro que no. Lo que quería era tenerme amarrada a su ciudad, y a Ava, para siempre. Y no le importaba si yo era feliz o me estaba pudriendo por dentro.
Aun no entiendo por qué me odia tanto. Entendería si fuera porque Ava de veras me necesitara. Lo que hizo no estuvo bien, pero por lo menos hubiera sido por amor a su hija.
¿Entonces por qué detenerme ahora?
Sí, mi tipo de sangre era raro, pero no era la única. Cada estado tiene su propio banco de sangre RH negativa, y acá hay uno de los mejores. Así que, si Ava necesita algo medianamente normal, una familia con tanto dinero como los Fuller puede pagar lo que sea sin ningún problema.
Entonces, ¿por qué insistir en que me quede?
—No necesito un plan porque no estoy desesperada por encontrar a mis verdaderos padres —rompí el silencio incómodo después de lo que preguntó Adrián— Sebastián se va a casar con Ava, y no quiero quedarme en esta ciudad viendo cómo mi hermana se queda con mi exesposo.
Jack me miró fijamente.
—¿Estás dispuesta a divorciarte de él?
—Si me dejas ir hoy, sí —le dije sin rodeos.
—¿Por qué últimamente estás tan necia? —Jack empezaba a perder la paciencia— ¡Todos estos años, dime si alguna vez te traté mal! Fuiste a las mejores escuelas, tuviste la mejor ropa, los mejores carros, todo lo que tus amigas querían tener. ¿Y ahora actúas como si te debiéramos algo? Te crie como una hija, y así me pagas? ¿Acaso soy tu enemigo?!!!
Y justo eso es lo que me dolía.
—Solo quiero a mi propia familia —ignoré a Ava, y miré directo a mamá, haciendo lo posible por no dejar que me temblara la voz— Solo quiero una familia que me quiera un poquito. ¿Eso es tan terrible... mamá?
—¡Ni se te ocurra hablarle así a mamá! ¿No crees que ya fue suficiente con lo que le hiciste la última vez, cuando te desquitaste con ella?! —Ava se vino caminando rápido, para tratar de empujarme, pero Adrián se interpuso y la frenó.
Ella dio un paso atrás y levantó la voz para que todos la escucharan:
—¡Mis papás te criaron veinte años! ¡Te compraron un carro de lujo, te llenaron el clóset de ropa de marca! ¿¡Y ahora sales con que nunca fueron tus papás!? ¡Entonces págales todoslos millones que les debes!
—Ya!!! ¡No le debo ni un maldito centavo a nadie! —le grité, apretando los dientes mientras sentía un calor en el pecho que me quemaba— Todos estos años te doné sangre, porque 'eso hace la familia', pero si alguien debe algo aquí, eres tú. Si solo sumo la sangre que le di a tu hija, mínimo diez veces al año, ¡son doscientas malditas veces! Eso son 80,000 mililitros de sangre, y no se consigue así de fácil, ni con todo su dinero. Y ni hablar de las veces que esa sangre la salvó. Así que déjate de estupideces con que tengo una deuda y ¡déjenme ir de una puta vez!
—Te habrías muerto si no te hubiera recogido —la voz de Jack, tranquila, me golpeó peor que los gritos de Ava— Así que sí, me debes. Y mucho.

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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico