~Scarlett~
Los hombres de Jack caminaron más rápido al darse cuenta de que los habíamos visto y nos rodearon, todos tenían la cara seria y lentes oscuros.
—¿...Adrián...? —mi voz temblaba.
—Toma los boletos —me los puso en la mano, colocándose justo frente a mí— Vas a estar bien. Nadie te va a tocar, no mientras yo esté aquí.
—Señor Dunn —Jack Fuller le hizo una leve inclinación con una sonrisa fingida— Es una sorpresa gigante encontrarlo por aquí.
—Lo mismo digo yo —dijo Adrián mientras intentaba ocultarme— ¿A dónde viaja, señor Fuller, si se puede saber?
Jack pareció querer burlarse de él, pero respondió con calma:
—A Dakota del Norte.
Y en ese momento sentí como mi alma abandonaba mi cuerpo. Él ya sabía perfectamente lo que yo estaba planeando. Sabía que era un tipo manipulador y con el corazón podrido, lo había visto domar a Ava como si nada. Pero nunca, nunca en mi vida me había dado tanto miedo este hombre al que un día llamé papá.
Sentía que nunca iba a poder escapar de él.
—Scarlett, ven, vamos a casa —Jack dio un paso hacia el costado, mirándome directo a los ojos— Es por tu bien, créeme.
No. Jamás le iba a volver a creer.
Y pues la verdad, me sorprendió que en medio de todo esto, pudiéramos hablar tan tranquilos:
—Ava ya está prácticamente bien. Así que ya no me necesitas.
Por un instante, me pareció ver algo de emoción en su mirada, algo suave, incluso tierno:
—Scarlett, no lo hago solo por Ava. Lo que estás buscando no está en Dakota del Norte.
—¡Pero sé que allá fue donde me encontraste! —insistí. Normalmente no le creía mucho a Ava, pero si Jack Fuller recordaba un pequeño desliz que ella tuvo hace años, eso tenía que significar algo.
—¿Si planeo bien todo primero, entonces me dejarías ir? —le pregunté, sin estar muy segura.
—Sí, yo... —Jack asintió, pero, de pronto, Adrián lo interrumpió:
—¿Y no da lo mismo? Di un pequeño brinco al escuchar a Adrián molesto. Me asustó lo que estaba insinuando.
Sí Jack en serio no tenía problema en dejarme ir, entonces... ¿qué importaba si me iba hoy o en una semana? Ava no iba a necesitarme justo estos días, no pasaba nada importante. Y no es como si él me quisiera tanto como para desear pasar unos días 'despidiéndose de mí'.
No quería pensar lo peor... pero ¿qué podría hacer él en unos días?
¿Podría borrar cualquier rastro sobre la familia que estoy buscando? ¿Esa misma que acaba de decirme que no existía?
Tragué saliva con dificultad, sintiendo las manos frías y el corazón latiéndome a mil por hora mientras caía en cuenta de toda la verdad.
Si no fuera por Adrián... ¡hubiera vuelto a caer en su trampa!

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico