~Scarlett
Si había algo en lo que Ava no mentía, era en su obsesión por Sebastián. Y justo en eso estaba pensando.
Ava hacía gestos de ira mientras se le salían las lágrimas. Miraba a sus papás como suplicándoles que hicieran algo para detenerme, pero no les decía nada. No podía negar mi mentira… porque yo podía hacerla verdad.
—Scar… —Anna Fuller cambió de tono, a uno más suave — Sabes que Ava ha vivido en ese cuarto por años, no sé si…
—O sea —dije, tomando mi maleta de las manos de Ava y bajando la mirada para no reírme por lo 'triste' que sonaba mi voz— me puedo ir si eso es lo que quieren.
—¿¡A dónde?! —preguntó Ava, llorando.
—¡Ava Fuller! —la regañó Jack, y tanto Anna como Ava apretaron los labios. Luego él añadió— Si a Ava le importas tanto, entonces yo no tengo ningún problema. —Dicho eso, Jack se dio la media vuelta y salió, dejando la farsa atrás.
Anna me lanzó esa mirada triste pero condescendiente. Esa mirada que me decía que por favor dejara de pelear con Ava. La misma mirada a la que me había rendido toda mi vida.
—Ava, ¿quieres que me quede? —le pregunté, pasándole la maleta, ignorando por completo a Anna Fuller.
La obra de teatro terminó con Ava arrastrando mi maleta de mala gana hacia la casa, golpeándola contra todo lo que se le cruzaba. Pero creo que los golpes a los muebles carísimos, le dolieron más a Jack Fuller, que a mí.
Alfred me dijo que el cuarto estaría listo en dos horas. ¿enserio? Con lo que le gusta acumular ropa a Ava, esperaba que se demorara más. Le di las gracias, agarro mi iPad y fui a tocar la puerta de la oficina de Jack Fuller.
Su oficina era mi objetivo.
Jack mostró un nivel de autocontrol increíble y me dejó pasar. De hecho, poco después de que se lo pedí, me dejó sola ahí, diciendo que tenía una reunión urgente.
No sé si su forma de actuar estaba empeorando, o si siempre había sido así de falso y yo no lo había notado. Pero ahora que lo veía, no podía creer cómo me dejé engañar tantos años .
Él quería que abriera esa caja fuerte, y sabía desde el principio que yo iba por eso.
Caí 'sin querer' en su trampa y aproveché el momento. La clave seguía siendo la misma que supuestamente yo había descifrado hace diez años. Abrí la caja fuerte, le tomé una foto al interior sin tocar nada, y cerré la puerta limpiando bien las huellas.
Por eso lo mandé lejos. No quería que fuera parte de mi venganza.
Apenas Alfred se fue por el pasillo, entré al cuarto de Ava y empecé a botar sus cosas por la ventana. Empecé por sus copas de vidrio, luego sus vestidos carísimos, joyas, todo. A los cinco minutos ya estaba sudando. Esto no estaba en mi plan.
¡Tenía un montón de porquerías!
Me apoyé contra la pared junto a la ventana después de lanzar toda su lencería, mientras descansaba un momento recordé que Adrián me había dicho que, si aún quedaba alguien de mi familia con vida, Jack Fuller no iba a querer que yo apareciera en las noticias.
Y esta era la excusa perfecta para hacerlo. Íbamos a filtrar la noticia de 'La hija adoptiva de los Fuller se vuelve loca' , ya quería ver cómo iba a reaccionar Jack.
—¿Te estás divirtiendo?
Una voz burlona sonó de repente desde la puerta, y di un pequeño salto —era Sebastián.
Llegó antes de lo que pensé. Pero no importaba. La segunda parte ya estaba prácticamente hecha.

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