~Sebastián~
Mientras la miraba, como se las arreglaba para hablar conmigo, tratando ella vanamente de distraerme con un agradecimiento falso, yo sentí una amargura en mi boca, por más alcohol que hubiese ingerido aquel sin sabor no me pasaba.
Ahora sabía por qué podía mentirme, yo ya no era alguien especial para ella.
Ahora yo era como cualquier otra persona, alguien que podía usar sin sentir culpa. Para ella, la honestidad era "la base del matrimonio", y yo arruiné nuestro matrimonio, así que ella tenía derecho a no preocuparse por esa base.
Tenía razón. Ella construyó un hogar para mí, para los dos. Un hogar de verdad, no solo una casa. Un refugio donde podía descansar después de un día estresante, donde me cuidaba sin pedirme nada a cambio.
Destruí aquel paraíso, y lo peor es que nunca lo valoré ni lo consideré como tal.
Vi cómo robaba mi teléfono, obviamente me hice como si no me diera cuenta, y luego se lo pasó a un hombre, actuando como la ladrona más torpe del mundo, eso me hizo sentir como si mil agujas se clavaran en mi corazón.
Ella había elegido su camino, entonces tenía que vivir con lo que eso traía, ¿no?
Me emborrachó y se obligó a quedarse hablando conmigo, aunque sabía que odiaba cada minuto cerca de mí, y solo lo hizo para quedarse con mi teléfono. Entonces tenía que aguantarme.
—Perdón por haberte lastimado, por no querer enfrentar lo que hice… —odiaba lo cobarde que fui, solo podía decir eso con la excusa del alcohol— ¿Podrías…?
Iba a decir: ¿Perdonarme, una última vez? Pero no me atreví a decírselo.
Sabía cuál sería su respuesta. Supongo que nunca entendí su miedo cuando preparaba un regalo durante un mes solo para hacerme una simple pregunta. Ahora, estando del otro lado, ni siquiera podía imaginar de dónde sacó fuerzas y paciencia para preguntar una y otra vez, solo para pasar un rato conmigo, cuando yo solo la rechazaba.
—Su bebida, señorita —dijo el barman mientras le acercaba una copa.
—Ahh, yo… —dijo Scar algo incomoda, así que la agarrarla de la muñeca, un poco molesto.
—¿No eras tú la que quería tomar conmigo?
Scar intentó zafarse, así que la solté, y ella se echó hacia atrás como si tuviera miedo. Ese gesto me dolió más de lo que debía. Odiaba estar cerca de mí, y como un niño malcriado haciendo un berrinche, jalé su silla hacia mí.

VERIFYCAPTCHA_LABEL
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico