~Scarlett~
Sin querer seguir pensando en el pasado de mis padres, guardé todo en el fondo de mi mente cuando salí del carro de Adrián y llegué al lugar del rodaje. No era buena idea pensar en un divorcio de hace diez años mientras grababa una película de romance juvenil.
La parte principal eran los recuerdos de los personajes, así que íbamos a ir a filmar en un colegio durante los dos primeros meses. El alma mater de Adrián fue tan amable que nos permitió usar el campus, algunos salones y otras cosas más.
La escogí porque Sebastián, mi inspiración para el coprotagonista, también estudió ahí, igual que Ava y yo. Ahí nació nuestra historia. Adrián se burló de mi elección, pensando en que quería cumplir mi sueño de un final feliz con Sebastián en la película. La típica historia del hombre salvando a la mujer en apuros, que termina en una dulce relación y un feliz matrimonio.
Pero Adrián estaba equivocado.
Yo no era la inspiración de la coprotagonista. Ella era Ava.
Sebastián pudo haberme salvado, pero él nunca lo supo. Pensaba que era Ava y la convirtió en la protagonista de su vida.
Siempre fui la hermana malvada y celosa de Ava, porque la molestaba por llamar la atención del príncipe azul.
Quería que mi lado de la historia se escuchara, deseaba que la chica que Sebastián salvó estuviera con él. Quería un relato donde ella fuera salvada, y no volviera a estar en peligro otra vez. Al mismo tiempo, quise que la chica ignorada y malentendida dijera que todas las cosas malas que hizo fueron porque también quería amor. Me gustaría que la hermana mala fuera vista como otra persona, que quizás, después de ser escuchada, pudiera tener su propio final feliz.
Esa fue mi idea original.
Pero después del secuestro, cambié la historia. Me puse más egoísta y no solo quería que se escuchara su voz. Quería un final feliz para ella. Así que añadí a Adrián ahí. No el Adrián de Aurora, sino un hombre que amara a la hermana mala por quien era, no porque pensara que era una atleta cuando en realidad no lo era, sino porque ella pintaba, y él encontró su obra anónima, para luego encontrarla a ella.
Esta película debería llamarse: ¿Y si Sebastián nunca me hubiera salvado?
Ava no se habría convertido en una víbora celosa y destructiva, yo no habría sufrido y Sebastián no estaría atrapado en un matrimonio que nunca quiso.


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Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella Aceptó el Divorcio, Él entró en Pánico